sábado, 19 de noviembre de 2016

Eternidad

¡Sábado, sabadete!

¿Cómo lleváis el finde? Yo hoy he salido a comer. Y madre mía...
En serio, ¿desde cuando alguien se puede poner tan ceporra? Me he puesto morada. Eso si, comida sana, excepto el postre. Que ha caído una tarta de chocolate. Era inevitable.

Además, estaba tan buena, que se me ha hecho la boca agua. En realidad, es que con la comida, ahora disfruto mucho más que antes. Antes comía por pura gula. Ahora disfruto como si se me fuese la vida en ello. Así que ahí os dejo una fotito de lo que hemos comido hoy. Y una foto de mi panzorra. Aunque no sé porqué ,pero todo el mundo dice que no estoy tan gorda para estar de 29 semanas. Para el que no quiera contar o sea hombre, vienen a ser 7 meses. Y yo que me juré que nunca contaría en semanas, pero claro, en el fondo un embarazo son 10 meses "lunares". Vamos, cosa rara porque si. Porque al final el bebé sale ,cuando le da la real gana.

De entrantes, hemos tomado champiñones portobello con queso y bacon. Una delicia para el paladar. (En la foto de arriba podéis verlos). Y unas croquetas, que sinceramente... N osé de que eran, ya que como conocemos al dueño, le hemos dicho que nos pusiese algo interesante y nos las ha traído. Juraría que eran de gambas con algo más. Además que picaban un poco. El restaurante se llama Monkey's y es medio tailandés. Aunque en teoría es una pizzería. No sé si alguna vez os he hablado de este restaurante. Pero en otro momento, igual os hago una reseña por si venías a Mallorca.

Y de plato principal, carne de angus australiana. Vamos, carne que se derretía (prácticamente) en la boca. Nos han traído nuestra pequeña piedra y obviamente, yo he tenido que hacerla tipo suela de zapato. ¡Qué salga ya el niño! ¡Quiero volver a mi canibalismo! En serio, con lo que me gusta la carne poco hecha o el steak tartar... Eso lo llevo fatal. Pero bueno, ya queda menos, en dos meses suelto al cachorro y juro que haré todo lo que no he podido en estos meses. JOJOJO

Bueno, y de postre, pues ya sabéis, un cafetito (que nunca falte), y la tarta de chocolate. Que si, me la he comido yo sola, porque a mi chico no le gustan los postres. Y a mi en el fondo tampoco me suelen gustar, pero pienso que un dulce después de comer, ayuda a no tener tanta hambre después. Mejor salir bien llenito del restaurante y así a la hora de cenar, no te pones igual de ceporro. O a la hora de la merienda, los que meriendan,claro... 😆 Yo no solía merendar, hasta que me he acostumbrado por el cachorrito. Para que no le falte de nada. Y bueno, hoy os dejo con una historia también rescatada de mi pc, que tendrá unos ocho años o diez... No sé. Cuando pongo historias antiguas, juro que tengo ganas de cantar la canción de : ¡BUSCANDO EN EL BAÚL DE LOS RECUERDOS, UHHHHH! 😝


En fin, ahí os dejo con una de mis historias antiguas, así vais viendo como escribía. Espero que os guste y que la disfrutéis. Y por supuesto, que comentéis y deis vuestra opinión. ^_^



ETERNIDAD



Otra noche se hacia eterna en el trabajo. El tiempo parecía pararse. Me bebí una coca-cola y seguí pensando en mis cosas. Me quedé tan embobada,que ni me di cuenta de que había clientes. Una de las chicas llamó mi atención.

-Perdona,¿puedes atendernos?-Dijo con desdén.

-Sí, disculpa. ¿Qué queréis? -Dije saliendo de mi atontamiento mental.

Mientras servía las copas,los chicos charlaban y reían a carcajadas. Les envidié,yo hacia mucho que no me reía a mandíbula batiente. Cuando me pagaron se fueron a sentar a unas mesas. Como no había nadie excepto ellos,los miré varias veces por el ruido que hacían. Uno de ellos captó mi atención... Esa cara me resultaba familiar,pero la gorra que llevaba me impedía verlo del todo. Estaba serio,era el único que no participaba en la conversación. Me produjo una sensación extraña,sabia que lo había visto en alguna parte,que lo conocía de algo...Pero,¿de dónde? Cuando por fin levantó la vista,unos ojos verdes,muy brillantes,se cruzaron con los míos.
¿Marc?... No podía ser. Bajé la mirada y comencé a hiper-ventilar. Marc no podía estar ahí. Hacia mas de seis años que no lo veía. Justo al acabar el instituto,tomamos caminos muy diferentes.

Nos conocíamos porque en el último año, él había repetido y nos habían puesto juntos en clase. Yo me enamoré como una idiota,pero él ni me miraba. Solo hablábamos en clase de biología, porque nos habían puesto como pareja de laboratorio. Y ahora yo con veintidós y él con veintitrés,nos volvíamos a encontrar. Tras unos segundos agarrada a una de las neveras, intenté mantener la compostura. Me senté encima de una y me abrí otra coca-cola. Resultaba extraño,yo había cambiado bastante,pero él seguía siendo exactamente igual que como yo lo había conocido. Se quitó la gorra y se levantó,¿era posible que me hubiese reconocido? Lo miré y vi su cuerpo atlético,tenia mas músculos que antes y su pelo estaba un poco mas largo y revuelto de como lo llevaba en el instituto. Había crecido un poco más, pero seguía teniendo esa mirada pícara mezclada con una cara de niño bueno. Yo había cambiado tanto que era imposible que me reconociese.

Cuando iba al instituto, iba teñida de rubia, pesaba mas de ochenta kilos, era bajita y con la cara llena de granos. Sin embargo ahora,con mi color natural, pelo negro azabache ,un cutis limpio,delgadita y bien proporcionada,era prácticamente imposible reconocerme. Vi como llegaba a la barra y me sonreía de manera pícara.

-Hola, Lucía. ¿Cómo estás?-Dijo mientras yo lo mirada como una tonta.

-Me... Me has reconocido... ¿Cómo? Todos los que me ven no me reconocen... ¡Disculpa! Yo estoy bien,gracias. ¿Y tú?-Dije cogiendo una servilleta y doblándola por los nervios.

-Y tú no estas bien, estas estupenda. Los años te han mejorado mucho.-Dijo sonriendo.

-En cambio, tú no has cambiado nada. ¿Cómo me has reconocido?-Dije sorprendida.

-Por tus ojos, nadie podría olvidar esos enormes ojos azules y esa expresión. -Me volvió a sonreír y fue como si me estuvieran abrasando,mi cuerpo ardía como fuego.

-¿Te acuerdas de mi ojos? ¿Porqué? Siempre llevaba esas horribles gafas y nadie se fijaba en mí.- Dije.

-Lo sé, pero fui tu compañero durante un año entero. Incluso recuerdo que en tu carpeta dibujabas corazones ,lunas, estrellas y tu color favorito era el azul cielo. ¿Me equivoco?-Dijo acertándolo todo.

-Absolutamente, me has impresionado. Yo nunca te dije cual era mi color favorito.-Dije extrañada.

-Ya, pero por ese entonces era muy observador. Sobretodo con la chica que me gustaba.-Dijo con voz sincera.

-Recuerdo que siempre llevabas algo azul,ya fuese una pulsera, una camiseta... Cualquier cosa. -Me miraba fijamente, era como regresar al pasado, a través de sus ojos.

-Increíble, ¿cómo podía gustarte yo? Los otros chicos siempre se burlaban de mí y tú nunca me diste a entender que te gustaba. Tenías a mas de cuatro chicas locas por ti en clase, las más populares. No creo que yo te gustase, simplemente lo dices por quedar bien o porque quieres ligar conmigo,ahora.-Dije firme,pero sonando en broma.

-Si te soy sincero, si que me gustabas ,pero tú no me dabas ningún tipo de esperanza y lo segundo... Es posible. Nunca he conseguido olvidar esos benditos ojos. En cuanto a las otras chicas, no me interesaban,porque no tenia ni la mitad de cerebro que tú. Contigo podía hablar de cualquier cosa y no te importaba el resto de la gente. Tú tenias opinión propia, las otras solo decían lo que yo quería escuchar. -Lo dijo todo tan rápido que me pareció que se quedaba sin respiración.- La verdad, Lucía, son cosas del pasado, pero me disgusté cuando no me pediste mi dirección,ni mi número...Nada. En fin... ¿Puedo invitarte a tomarte un café cuando salgas? -Dijo recuperando el aliento.

-Esto... Sí,claro. Aunque salgo muy tarde. Además, ¿no se enfadará tu novia? -Dije señalando a la rubia que lo llamaba.

-No es mi novia, es una compañera de trabajo. Es una pesadilla. ¿Vendrás a tomarte el café o un chocolate con churros?- Dijo mirándome fijamente.

-Claro, pero no salgo hasta las seis. ¿Seguro que quieres esperar?-Dije para averiguar su grado de interés por mí. Aun no me lo creía.

-No te preocupes, a las seis vendré a buscarte, ¿tienes coche?-Preguntó.

-Sí,pero lo he dejado en casa.-Dije,era cierto,había ido a cenar con una amiga y ella me había llevado.

-Mejor, te acompañaré a casa. Bueno ,voy con mis compañeros. Luego me paso a recogerte.-Dijo despidiéndose con la mano.

Me quedé con la boca abierta, me parecía un sueño cumplido. Marc estaba ahí,y me había dicho que le gustaba, ¡y no había olvidado mis ojos! Durante el resto de la noche ,permanecí absorta en el trabajo. De vez en cuando lo miraba furtivamente y en mas de una ocasión nos miramos a la vez. Era divertido y extraño. ¿Porqué ahora? Tres meses antes había jurado no volver a enamorarme. Había salido de una relación espantosa y quería paz, pero ver a Marc... Lo había cambiado todo.

La rubia que estaba a su lado intentaba llamar su atención, sin éxito. Todo el rato miraba hacia mí. Me hacia sentir bien y eso era peligroso. ¿Enamorarme de alguien del pasado? ¿Alguien que no sabía hasta que punto había sufrido por él? Pero eso era algo que yo no podría evitar. Ningún ser humano con corazón, es capaz de no amar. Fue difícil tomar la decisión esa noche, pero Marc, era mi perdición. Estar cerca de él, era como estar cerca de una torre de alta tensión. La rubia intentaba tocarlo, pero Marc le apartaba la mano. Cuando eran las seis menos cinco, mi corazón comenzó a dar brincos. ¿Solos Marc y yo?

Era la primera vez que íbamos a estar así y me alteraba hasta un punto inimaginable. De pronto vi que su grupo había desaparecido. ¿Se había ido sin decir nada? ¿Acaso todo había sido una broma de mal gusto? Limpié mi barra con aire asqueado y de pronto lo vi. Sentado al final de mi barra con una cerveza en la mano. Las luces se encendieron y por fin llegaba el momento. Cogí mi bolso, me despedí de mis compañeros y le dije que ya podíamos irnos.

-¿Pensabas que me había ido? -Preguntó riendo. -He visto como ha cambiado tu cara cuando no has visto a mi grupo, te has enfadado. -Dijo.

-Sí, pensaba que te habías ido sin despedirte y no me habías dicho nada.

Lo cierto es que él tenia razón, cuando vi que no estaba mi cara cambió y me enfadé muchísimo, pero cuando le vi al final de la barra, mi sonrisa volvió.

-No me hubiese ido sin avisarte. -Dijo, pero esta vez serio. - No soy un capullo integral o al menos intento no serlo. -Dijo apretando el volante.

-No pretendía ofenderte y no creo que seas un capullo integral. -Posé mi mano en su hombro y le di un apretón cariñoso. El resto del camino fuimos en silencio. Llegamos a una pequeña cafetería.

-Espera, no bajes del coche.-Dijo saliendo a toda prisa, sin darme tiempo a responder. Tardó casi diez minutos en volver, pero al hacerlo lo vi con una bolsa colgando y dos vasos con tapa en la mano. -Perdón por tardar,es que los churros han tardado más de la cuenta. -Dijo abriendo el posavasos.

-¿Vamos a desayunar aquí? -Dije.

-No,vamos a otro sitio, pero no te asustes, no soy un violador ni nada por el estilo.-Dijo mirando mi cara.

-Lo sé, pero es raro. ¿A dónde me llevas?-Pregunté curiosa.

-Vamos a un mirador. Recuerdo que dijiste que te gustaban los amaneceres y la brisa de la mañana.-Dijo triunfalmente.

-Tienes muy buena memoria... -Estaba tan sorprendida por el transcurso de la noche y la mañana que la cara de asombro no se me quitaba.

Fuimos a un mirador enorme, se veía toda la ciudad. Recordamos viejos tiempos y locuras,mientras desayunábamos. Era una situación muy extraña, pero, en absoluto, incómoda. Tras horas hablando, bostecé. No tenía sueño, pero el cansancio, era inevitable. Marc me preguntó donde vivía y me llevó hasta casa. Al despedirnos,me dio un suave beso en los labios. Sin cortarme, le pregunté:

-¿Quieres tomar el último café en mi casa?-Dije.

-¿Estás segura? -Asentí y le di al botón que accionaba la puerta del garaje.

-Puedes meter el coche aquí, así no tendrás que buscar aparcamiento.-Me miró unos segundos como si quisiese asegurarse de que no me arrepentía. Encontré su mirada y asentí con la cabeza,no habían dudas. Iba a arriesgarme.

-¿Vives sola? -Preguntó extrañado.

-No, vivo con mi prima,pero está en las Fidji con su novio. -Dije poniendo tono de envidia,sana.

-¿En las Fidji? ¡Qué buena vida!-Dijo.

-Sí, la verdad es que se lo ha montado genial. Buen trabajo, buen novio y buenos amigos, ella no puede pedir mas.-Dije.

-¿La envidias? -Preguntó.

-Un poco, no me quejo de mis amigos, pero mi trabajo en verano resulta aburrido y con los chicos no es que tenga muy buena suerte. -Dije afligida.

-Pues esperemos que tu suerte cambie a partir de ahora, ¿no?-Dijo sonriendo peligrosamente.

Lo había visto sonreír así a otras chicas, pero su mirada era diferente. Agradecí que en mi casa no hubiese nadie, fue relajante poder charlar sin murmullos detrás. Nos sentamos en las sillas de la cocina para tomar “el último café de la noche”. Un café que no quería que acabase.

-¿Quieres quedarte? Ahora no tengo sueño y veré una película. Si no tienes nada que hacer... -Dije intentado provocarle.

-Me parece bien. -Dijo tranquilo.

Fuimos al salón y le indiqué donde estaban las películas. Mientras,fui a ponerme un camisón bastante sugerente y busqué unos pantalones y una camiseta mas cómoda para él.

-¿Te importa si solo me pongo los pantalones? Normalmente ,no duermo con ropa. -Me miró y noté como se me subían los colores.

-Puedes quedarte en calzoncillos, no tienes nada que no haya visto ya. Además, te entiendo. Yo solo me pongo esto ahora, luego no.-Dije intentando sonar tranquila.

-Si tienes calor, tú tampoco tienes nada que no haya visto. -Dijo riendo.

Con toda la naturalidad que pude, me quité el pequeño camisón. Marc me miró de arriba a abajo y no pude evitar observarlo y hacer lo mismo. Se me secó la boca y tuve que pasarme la lengua por los labios. Fue un acto de supervivencia ,pero sabía que eso lo había provocado. Me miró como una pantera,sus ojos se clavaron en los míos.

Todo parecía tan inocente, que acabó siendo pura excitación. Sin poder evitarlo, bajé la mirada. Lo que vi me encantó (para que negarlo) y la forma en que se acercó a mi mucho más. Cuando por fin lo tuve tan cerca que su nariz chocaba con la mía ,su mano me pasó por detrás y ya no pudimos evitar caer. Ni en el mejor de mis sueños adolescentes, había imaginado que fuese así. Noté sus manos por todo mi cuerpo y me descubrí a mi misma haciendo lo mismo. Del sofá caímos al suelo,por el cual rodábamos. La poca ropa que llevábamos,nos pareció plomo a la hora de quitárnosla. Las ansias por estar juntos aumentaban cada vez que nos miraba. Vi la cara triste de Marc,al no poder desabrochar el sujetador. Estaba tan ansioso que le temblaban hasta los labios. Le ayudé a quitármelo y nada más hacerlo se apoderó de uno de mis pechos con la boca. Gemí como jamás lo había echo.

Todo era confuso,el mundo se había parado totalmente. Escuché mi móvil de fondo,pero deseaba tanto el momento que estaba teniendo que me daba absolutamente igual. Cuando entró en mí,parecía que íbamos a explotar. Nuestros cuerpos ardían y nuestras mentes, parecían estar ausentes. En ese momento, solo éramos, él y yo. Cuando ya no podíamos aguantar más, gritamos todo el placer que nos habíamos provocado. Se podía decir que él estaba incluso mas exhausto que yo. Seguimos tumbados en el suelo y él me susurraba que era lo mas maravilloso que había sentido en toda su vida. Cuando recordé que había estado con mas chicas, una oleada de celos se apoderó de mí. A pesar de que solo nos habíamos acostado,algo me decía que eso todavía no había terminado. Cuando me di cuenta de que me había dormido encima de su brazo, me levanté de un salto. Estaba rodeándome con su brazo y al levantarme, se despertó.

-¿Dónde vas? -Preguntó somnoliento.

-Vamos a la cama, te dolerá la espalda si sigues en el suelo.-Tiré de su brazo para levantarlo y me tiró sobre él.

-Dame un beso y me levanto. -Dijo.

-¿Me estás chantajeando? -Dije burlona.

-Sí,también se puede llamar así. -Lo miré y le di un pequeño pico en los labios.

-¿A eso lo llamas beso? -Dijo.

-¿Acaso no es lo que has pedido? -Dije vengándome de su burla.

-Yo he pedido un beso, no un pico de pajarito. Yo he pedido esto...-Me acercó su boca y nos devoramos mutuamente.

Cuando nos levantamos del suelo había pasado mas de media hora. Nos tumbamos en la cama y él me estrechó entre sus fuertes brazos, hasta que volví a quedarme dormida. En sus brazos, me sentía protegida... Era absurdo, pero era así.

Al despertarme, casi era de noche. Vi que Marc me agarraba , pero dormía profundamente. Verlo dormir, era como ver un ángel. Como no quería levantarme,me quedé observándolo.

-¿Me estás mirando mientras duermo? -Dijo con los ojos cerrados.

-¿Qué? ¡No! -Dije intentando disimular.

-Mentirosa. -Dijo rodeándome con su otro brazo y enroscando sus piernas con las mías.

Me puso a espaldas de él y con una sola mano me acercó a él y me penetró. Casi no pude ocultar mi sorpresa, nos movimos al compás. Mientras lo hacíamos, me besaba el cuello, los hombros, el pelo, yo apenas podía tocarlo. Sus manos entrelazaban las mías y no me dejaba moverme. Ese día acabamos tan derrotados, que no sabía de donde sacábamos energía para seguir. Eran casi las nueve y aun no me había vestido. En verano trabajaba todas las noches, pero ese día, realmente no tenía ganas de ir.

-Tengo que ir a trabajar... -Susurré.

-Pues...¡Arriba! ¡Habrá que ducharse!, ¿no?-Dijo.

-Sí, ¿cómo puedes tener tanta energía? ¡No sé como aguantas!-Dije impresionada.

-Cualquier hombre con una mujer como tú, no se queda satisfecho con uno. Quiere más y más. Y la verdad, es que tú sabes como hacer feliz a un hombre. -En ese momento,reí con amargura.

-¿Yo? ¿En la cama? Ahora si que creo que te has vuelto loco.-Dije.

-¿Porqué? Eres fogosa y no dices que no al segundo, ni al tercero, ni al cuarto...-Dijo sonriendo. Al ver mi cara se dio cuenta de que algo me preocupaba y me preguntó.

-Mi ex, siempre me decía que era fría, nada apasionada y mucho menos fogosa... Es raro que tú me digas lo contrario. -Dije triste.

-Cariño, ese tío no sabia lo que te decía y no te trataba como hay que tratar a una mujer.- ¿Cariño? ¿Me ha dicho,cariño? Mi estómago se revolvía de satisfacción. Y lo mejor, creía de verdad en lo que me estaba diciendo.

-La verdad es que no me trataba muy bien y en la última pelea que tuvimos, me levantó la mano. Eso fue la gota que colgó el vaso.-Él me miró, primero extrañado y luego furioso.

-¿¡Quién!? ¿¡Quién era ese cabrón!? -Dijo casi a gritos.

-Matthew... Matthew Baro.-Su rostro palideció.

-¿Cómo has dicho? -Estaba tan blanco que temí que se desmayaba. Matthew era su primo. Se habían criado juntos.

-Matthew, me dio una paliza en una discusión que tuvimos. -Dije con voz ahogada.

-¡Mierda! ¿Mi primo? ¡Nos dijo que una mujer le había tendido una trampa! ¿Estuviste con mi primo y él no me dijo nada? -Su cara estaba roja de rabia y le entendía. Su primo era un desvergonzado y un maltratador.

-Yo no le tendí ninguna trampa, él intentó violarme, yo me defendí y al final él pudo conmigo y me violó. Cuando acabó me dio una paliza. Yo lo denuncié y ahora está en la cárcel porque violó a dos mujeres más.¿Contento? Ahora ya sabes lo que pasó... -Las lágrimas recorrían mis mejillas.

-¿Te...violó? -Marc estaba tan enfadado que su cuerpo había quedado envenenado por la rabia.

-¿Estás bien?-Dije temblando.

-¿Bien? Si tuviese a ese mal nacido delante mía,te aseguro,¡qué lo mataría con mis propias manos! -Me abrazó con fuerza.- Tranquila,no te pasará anda,nunca más. ¡Te lo prometo!- Hundí mi cara en su hombro y sozollé. Me sentía insegura por mí, pero segura en sus brazos. Matthew le había contado mentiras a su familia, sobre mí, pero nadie sabía mi nombre.

Marc, me contó que Matthew, al principio, hablaba maravillas sobre mí. Luego comenzó a criticarme hasta que inventó una mentira, cuando le llegó la denuncia. Me fui a la ducha y me puse el agua fría, necesitaba sentir algo, porque por dentro al recordarlo todo, me había quedado vacía. Tenía una horrible sensación, aunque por otra parte, la felicidad, me invadía. Marc estaba conmigo y aunque no me había jurado amor, había algo entre nosotros. Cuando salí de la ducha, vi a Marc con la toalla en la mano.

-¿Cómo te encuentras? -Dijo preocupado. Me envolvió en la toalla y siguió hablando.- ¡Por dios,Lucía! ¡Estás helada! -Me tocó la frente y me dijo que no podía ir a trabajar.-Túmbate, llama al trabajo e intenta dormir, ¿vale?-Dijo.

-No quiero dormir, no tengo sueño. Iré a trabajar y si me encuentro mal, vendré a casa. -Me miró con expresión triste.

-Lucía, por favor. Hazme caso. Quiero que estés bien.-Al ver su cara tan preocupada, llamé al trabajo.

-Vendré en menos de una hora. ¿Quieres que te traiga algo?-Dijo.

-Con que tú vuelvas, es suficiente. -Dije en voz baja. Me tiré en la cama, tras escuchar la puerta. Me sentía totalmente hundida. Lloré y lloré hasta que escuché el timbre. Cuando me levanté y abrí la puerta, vi a Marc con una rosa en la mano y una tableta de chocolate.

-Toma, preciosa.-Dijo.- Creo que tienes que descansar, tienes mala cara. Vamos, llamaremos para que nos traigan la cena. ¿Qué te apetece? ¿Pizza, chino, japonés...?-Dijo mirando la propaganda que había traído.

-Mmmm... ¿Chino? -Dije mirando el papel.

-Sí, ve a la habitación, yo voy a llamar.-Me tiré en la cama y me quedé dormida.

Cuando vi que Marc estaba a mi lado durmiendo, sentí ternura. Algo que hacía mucho tiempo que no sentía. Vi las bolsas de comida la pequeña mesa y los platos vacíos. Al parecer, no quería despertarme. De pronto se dio la vuelta y siguió durmiendo. Estaba tan guapo que le hubiese acunado en mis brazos toda la noche. Lo cogí por la cintura y me volví a dormir. Cuando estaba en un sueño profundo ,noté una mano por mi cara. Me desperté y vi que me acariciaba y sonreía.

-¿Tienes hambre? -Me preguntó.

-Mucha.-Dije levantándome de un salto. Mi estómago rugió y Marc se arrodilló a mi lado y le habló.

-Tranquilo, ahora te damos de comer. -Me beso el vientre y me cogió por la cintura para llevarme a la mesa.- ¡A comer!

Cuando vi el gran plato que me había puesto le dije que sería incapaz de comérmelo todo, pero me equivoqué. Comí más de lo que pensaba. Era normal, en todo el día no habíamos tomado nada sólido. Estábamos a base de agua y café. Eran casi las cuatro de la madrugada, tenía un desajuste horario increíble y Marc no ayudaba mucho a equilibrarlo. Cuando nos tumbamos en la cama, me habló de su trabajo. Desde que se había graduado ,había abierto un taller junto a su madre de ebanistería y carpintería. Creaban muebles y los vendían al por menor. Me enseñó algunos diseños que él había echo. Como el negocio les había ido también, tenían varias tiendas por toda la ciudad y les iba realmente bien. Habían comprado una casa para su madre y otra para él. Yo le conté parte de mi vida, estaba estudiando diseño de interiores en la mejor escuela de la ciudad. Nos alegró tener algo en común relacionado con el trabajo. Me propuso que al acabar la escuela me asociase con él y así conseguiría clientes muchos mas rápido y haría publicidad a sus muebles. Nos pegamos hablando horas, el amanecer se pasó volando,delante de nuestras caras. Entonces,llegó un momento crucial,teníamos que hablar de lo que había pasado y fue él quien rompió el hielo.

-Lucía... Tenemos que hablar de esto.- Dijo agarrándome la mano.

-Lo sé, aunque no sé que tenemos que decirnos, Marc. Nos hemos costado y probablemente ahora me digas que no estás preparado para una relación, que todo ha sido muy bonito, pero que quieres que solo seamos amigos,¿no? -Suspiré.

-¡Guau! ¿Cuantas veces te han dicho eso? ¡Te lo sabes de memoria! Aunque yo no uso esas palabras, no iba a decirte eso.- Cuando vio que iba a hablar, continuó sin dejarme.- Iba a decirte que me gustaría seguir viéndote y si es posible iniciar algo contigo, pero veo que tienes asimilado que te voy a decir adiós. Que solo ha sido un polvo, pero para mí, no ha sido solo un polvo. ¿Crees que si hubiese sido eso, me hubiese quedado aquí? Lucía,te lo dije,siempre me has gustado. ¿Quieres intentarlo conmigo?-Dijo apretándome la mano.

-¡Vaya...! No me esperaba esto. No sé que decir... Esperaba que me mandases al diablo y me sales con esto. ¡Claro que sí! -Dije abalanzándome sobre su cuello.

-¿Ves? No todo tiene que salir mal.-Me estrechó entre sus brazos y me olvidé de todo. Algo me decía que saldría bien.

Pasaron varias semanas ,tras esas dos maravillosos días. Tras conocer a su madre y a sus amigos, me relajé mucho. Aunque solo nos veíamos de madrugada, porque siempre me venía a buscar al salir del trabajo, el buen feeling era indiscutible. Habíamos decidido dejar pasar un tiempo antes de contarle lo que había pasado con su primo a su madre. Cuando llegó el momento, la cara de la madre de Marc cambió tanto o mas que la de Marc. Me pidió disculpas por lo que me había echo su sobrino, pero naturalmente le dije que ella no tenía la culpa. Se lo contó a la madre de Matthew y esta no lo aceptaba. Aseguraba que yo era una mentirosa. No aceptaba la verdad. Era normal, para ella su hijo era el mejor. Cuando terminó el verano, empecé a trabajar solo los fines de semana y eso mejoró mucho la relación con Marc. Siempre salíamos a hacer cosas distintas. Salíamos con mi prima y su novio, era divertido, porque nunca nos aburríamos.

Una noche me llamaron para trabajar a última hora. Teníamos una cena y aunque Marc era muy comprensivo ,se notaba que no quería ir solo, pero yo necesitaba el trabajo y él lo sabia. Poco a poco, la relación se fue consolidando y pronto decidimos vivir juntos. Aunque la casa en la que yo vivía era mía, se la dejé a mi prima para que pudiese vivir con su novio y yo me fui a la de Marc. La convivencia al principio comenzó muy bien, pero poco a poco, empecé a tener sospechas. Llegaba muy tarde a casa y siempre olía a tabaco y alcohol. Lo raro de la situación era que él no fumaba y apenas bebía alcohol, solo una cerveza, de vez en cuando. Mas de una vez, le pregunté que pasaba y respondía que había mucho trabajo y se quedaba reunido o trabajando. Yo me pegaba el día ,estudiando, limpiando o trabajando y llegó un momento en el que casi no nos veíamos. La relación se fue enfriando. Aunque el sexo con él, era increíble, ya no era lo mismo. No me daba un beso cuando llegaba, apenas me sonreía... Pequeñas cosas que hacían que la duda se hiciese mas grande y la desconfianza fue mucho peor. Una noche me dieron libre en el trabajo y fui de compras por la tarde. Mi prima tampoco trabajaba y compramos varios conjuntos de ropa interior, varios conjuntos,algunos vestidos,velas y otras cosas para crear un ambiente erótico. Cuando llegué casa me puse a colocar velas e incienso por toda la habitación. Me di un baño con sales aromáticas y me puse el conjunto más bonito. Puse pétalos de rosa por toda la cama y me tumbé a esperar,puse la tele y cuando escuché la puerta la apagué y puse música lenta. Escuché unas risas, risas de mujer...

Con furia me puse una bata y me dirigí al salón, entonces les vi. Una rubia guapa, despampanante, estaba en mi sofá, con mi novio. Sin decir palabra y sin que ellos me vieran, me fui a la habitación a coger mi ropa. No era capaz de derramar ni una sola lágrima. Cogí casi toda mi ropa y la metí en dos enormes maletas. Cogí casi todas mis pertenencias, prácticamente no dejé nada. Puse las maletas en la puerta ,la abrí y la dejé entornada y fui al salón donde las risas y la música seguían.

-Que te vaya muy bien con ella ,mañana vengo a por el resto de mis cosas.-Dicho eso, salí corriendo sin darle tiempo de reacción. Cuando lo vi, yo ya estaba en el coche ya punto de arrancar. Al ver su cara extrañada, grité:

-¡MENTIROSO!

Di marcha atrás para salir y pisé el acelerador. Eran las once de la noche, llegué a casa con un terrible dolor por dentro. Entré a la casa un poco nerviosa ,me costaba no temblar, y por dentro me moría por rabia. Cuando abrí, mi prima ,enseguida supo que algo pasaba.

-¿Qué te ha echo? -Dijo enfadada.

-Está con otra. -No pude decir nada mas.

Me fui a mi habitación, que seguía exactamente igual, coloqué mis cosas en menos de media hora. Laura (mi prima) tocó al rato, pero no quise contestar,como ya me conocía me dejó tranquila. Me senté en la cama y observé mi habitación,había vuelto de nuevo a casa. Miré mi móvil y vi mas de catorce llamadas perdidas, todas de Marc.

-¡Qué te follen! -Dije estampando el móvil.

Me tumbé en la cama y no sé si fueron minutos o horas, pero cuando me levanté me entró un mareo y recuerdo que lo último que vi fue el suelo...

Al despertarme, enseguida vi que no estaba en mi habitación. Mi prima estaba dormida en una butaca.

-Laura... ¿Laura?- Cuando abrió los ojos se levantó para ponerse a mi lado.

-¿Cómo estás? ¿Te duele algo?-Cuando intenté incorporarme un pinchazo tremendo,me recorrió el brazo.

-¡Joder! ¿ Qué me ha pasado?-Dije colocándome.

-Te encontré por la mañana inconsciente en el suelo. Llamé varias veces y como no contestabas, abrí.Cariño, tengo que decirte algo... No sé como te sentará, pero estoy aquí para lo que sea, ¿vale?-Me miró rara.

-¿Qué me pasa?-Dije asustándome. Parecían malas noticias.

-...Estas embarazada.- En ese momento,mi mundo se paró,¿embarazada?Sí tomaba la píldora, era imposible.

-Es imposible, se habrán equivocado. Yo tomo la píldora, será un error.-Me miró y supo lo que le iba a preguntar.

-Eso se lo he dicho al médico, pero está mas que confirmado. ¿Qué te parece? ¿Se lo dirás a Marc?

-No, no se lo voy a decir. Este niño es mío y no quiero que lo sepa, ¿vale? Lo tendré,pero lejos. Me iré hasta que nazca. -Dije dolida por mis propias palabras.

-Me voy contigo, no pienso dejarte sola.-Dijo de inmediato.

-Laura,tú tienes aquí tu casa, tu novio y tu trabajo.No vendrás conmigo. Te quedarás en casa y seguirás tu vida. Yo volveré en cuanto nazca. Quiero un embarazo tranquilo.-Sabía que no se daría por vencida, pero algo en mi mirada la hizo cambiar de parecer.

-Esta bien, pero prométeme que me llamarás todos los días. -Nos dimos un apretón en la mano y asentí.

Varios días después, hice las maletas ,encontré un vuelo para Italia, para el día siguiente.

Mi prima intentaba convencerme de que no me marchase, pero la decisión estaba tomada. Desde que Marc me llamó por última vez, no supe nada mas de él. Cuando llegué al aeropuerto me dio nostalgia, pero como la decisión estaba tomada, no me lo pensé. Cuando subí al avión me sentí extraña,dos días antes había empezado a sentir los mareos matutinos mucho peores y en ese momento tenía la misma sensación. Corrí al baño y eché todo y más. Una de las azafatas me ayudó. Cuando el vuelo terminó,me bajé sujetándome firmemente. Fui a por las dos maletas que llevaba y me dirigí a casa. Mis padres me habían dejado las llaves del ático que poseían allí. Aunque nunca les pedía nada a mis padres,cuando ocurrió todo, tuve que acudir a ellos. Mis padres no podía decirse que viviesen nada mal, mi madre era abogada, muy prestigiosa en el país. Y mi padre, propietario de una empresa de publicidad. A pesar de que me había criado entre algodones y sabia que heredaría una gran fortuna, quise trabajar. Habían intentando meterme en la alta sociedad, como ellos. Iban de fiesta en fiesta, de reunión en reunión y todas con gente muy importante y distinguida.

Aunque nunca me faltó nada, cuando terminé el bachillerato, me puse a trabajar. Mientras, el resto de las chicas con las que estuve en mi niñez, se dedicaban a ir a fiestas y vivir del dinero de sus padres. Odiaba a ese tipo de gente. Yo quería ganarme un prestigio con mi esfuerzo.

Cuando le conté a mis padres lo del embarazo ,me ofrecieron su ayuda. La acepté a pesar de que tenía suficiente dinero para vivir cómodamente un año. Nada mas instalarme ,cogí el portátil y busqué tiendas de muebles. Querií decorarlo entero. Mi suerte era que el ático estaba en una de las mejores zonas de Roma. Mis padres me habían dado dinero para decorarlo, pintarlo, y modernizarlo, ya que hacía años que no iban y todo estaba bastante anticuado. Cuando bajé a recorrer las tiendas, vi varias cosas que me gustaron, la mayoría las encargué, pues antes quería pintar. Compré varios botes de pintura blanca ,brochas, pinceles, botes de color para mezclar... Cogí la tarjeta de crédito que mis padres me habían dado. La suerte que tenía es que la tienda de bricolaje estaba a una calle de mi casa y el dependiente me ayudó a llevarlo todo. Al día siguiente, fui a mirar un coche. Iba a quedarme allí casi un año, a pesar de mi independencia con mis padres ,me habían inculcado que era mejor tener coche a ir en taxi o bus. Aparte, de que era mucho mas cómodo. Compré un Range Rover,un 4x4,siempre me habían gustado los coches grandes y espaciosos. Cuando firmé los papeles y me entregaron las llaves,me sentí feliz. El todoterreno era muy confortable. Fui a hacer una gran compra,casi compré comida para un mes entero. Tras unos días, terminé de pintar toda la casa, la había pintado con colores claros, blancos e incluso un tono gris, parecido al perla.

El día que me llegaron los muebles, los antiguos se los habían llevado los del servicio municipal. Cuando por fin estuvo todo acabado, el resultado fue espectacular. Cambié los electrodomésticos, las sábanas blancas habían sido cambiadas por unas de raso negro. Todo estaba en blanco y negro, excepto una de las paredes del que iba a ser mi lugar de trabajo.

Esa pequeña habitación que iba a ser un despacho, tenía la pared del fondo de color rojo con ramas negras pintadas recorriendo los bordes. Había quedado perfecto. Aunque el ático no era muy grande, disponía de una terraza enorme, con las mejores vistas de la ciudad. Me sentía satisfecha con mi trabajo e hice fotos para enviárselas a mis padres. Me devolvieron el correo casi de inmediato:

>>Está precioso,cariño. Iremos a verte en Navidad. Para lo que necesites, llámanos. Te queremos, papá y mamá.<<

Aun no había llamado para que me instalasen la línea telefónica así que llamé para que me la pusiesen con varios canales de televisión e internet. El televisor de plasma era enorme y cada vez que veía una película el sonido envolvía toda la sala. En menos de dos semanas,empezaban las clases. Una de las cosas buenas que había tenido en mi infancia era aprender idiomas. Había aprendido italiano e inglés y al menos podría entender las clases.

El primer día,entré a clase un poco cohibida,no conocía a nadie y me sentía fuera de lugar. Me senté y entró un hombre de unos treinta y cinco años,era guapísimo,pronto dijo su nombre.

-Soy Mark View. -Dijo en italiano.

Justamente ese nombre... Mark, un nombre que no quería escuchar. Nos presentamos uno a uno y nos explicó las bases del curso. Al ser alumnos de último año,ya solo eran 3 meses. Los que ya habían trabajado en algún lugar de decoración iban mas adelantados y en solo un meses entregarían el título tras pasar un examen. Mark, miró todos los currículums que le habíamos entregado y separó dos del resto. Todos los miramos extrañados.

-Por favor ,¿quiénes son, Lucía Fensa y Gian Carlo Squini?-Dijo buscándonos con la mirada.

Levanté la mano ,junto con el chico. Mark nos habló enseguida.

-¿Qué hacéis vosotros dos aquí?-Dijo extrañado.

-¿A qué se refiere?-Dije con un perfecto acento.

-Los dos tenéis el curso acabado,incluso tenéis mas formación que el resto de la clase. No entiendo nada.- Dijo. Entonces Gian Carlo contestó.

-Creo que esa diferencia de formación está en que la señorita y yo, hemos estudiado en España.¿Me equivoco?-Dijo mirándome fijamente.

-Cierto ,vengo de ahí. Supongo que son niveles diferentes, ¿no?-Pregunté un poco incómoda.

-Sí, bueno comenzaremos la clase y luego los dos vendréis a dirección a solucionar esto, ¿de acuerdo?-Dijo Mark con una sonrisa.

-Claro.-Dijimos al unísono.

Cuando comenzó la clase me di cuenta de que tenía razón. Todo lo que estaba explicando yo ya lo había dado. Al acabarla clase, Gian Carlo y yo fuimos a dirección.

-Visto el problema, hemos encontrado una solución, que quizás les parezca buena o quizás no .-Dijo el director del centro, el señor Spinelly. - Ustedes ya deberían tener su licenciatura y el diploma para poder ejercer legalmente. Por tanto, se les dará lo dicho anteriormente, si cumplen un curso avanzado de diseño. Por supuesto, el dinero que han pagado pasará directamente a ese curso especial, impartido por el profesor View. Será un curso intensivo de dos horas diarias, durante un mes. Y tras hacer ese curso,también les entregaremos una especialización. ¿Qué les parece?-Después de escuchar eso, el corazón me saltaba de alegría. Solo un mes de clase y obtendría muchas más cosas.

-A mí me parece estupendo, señor Spinelly.-Dije de inmediato al igual que Gian Carlo.

Comenzamos el curso al día siguiente. A medida que pasaban los días, Mark y yo nos llevábamos mejor. Incluso a veces íbamos a tomar café. Le confesé que estaba embarazada y se quedó sorprendido ya que estaba de dos meses y estaba plana como una tabla de planchar. Una noche al llegar a casa, comencé a sentir molestias en el vientre. Enseguida llamé a un médico. Me dijo que debía ir a una clínica antes de que perdiese al bebé. Me llevaron en una ambulancia y sentí mucho miedo. Realmente quería tener al niño. Llamé a Mark, mi profesor, y estuvo conmigo en todo momento. Cuando el doctor me dijo que estaba estable, me relajé. Mark,me llevó a casa y se quedó conmigo toda la noche,ya que tenia miedo de que volviese a suceder y entonces tendría que hacerme mas pruebas.

Se me olvidaba decir que con Mark jamás podría pasar nada. Era mas gay que un pavo real con sus plumas. Con él, me sentía muy segura y tranquila. Mark, vivía solo y confesó que así se sentía: solo. Le ofrecí pasar una temporada en mi casa, cosa que aceptó gustosamente.

Normalmente, dormía conmigo, otras veces dormía en el sofá-cama de mi despacho. En esos días, tras graduarme y empezar a construir mi legado, llamé a mis padres muchas más veces. Estaban felices, porque ahora estaban más presentes en mi vida. Mark, se marchó de vacaciones a Australia y volví a quedarme sola, ya estaba de cuatro meses y se acercaban las navidades. Mis padres viajaron hasta Italia y les preparé mi habitación, mientras yo me acomodaba en el sofá-cama. Ellos insistían en dormir ahí, pero no me rechistaron. Con mis cuatro meses de embarazo, apenas se me notaba la barriga. Aún así, de vez en cuando le hablaba e incluso mi padre miraba la barriga y sonreía. En ningún momento nombraron a Marc, mi Marc... Tuve que preguntarles por él, pero no sabían nada. Nadie sabía nada. Mi prima me llamaba constantemente, para decirme que debía contárselo y mis padres tambiín lo creían así, pero respetaban mi opinión.

Llamé a casa de Marc y cuando su madre escuchó mi voz,se puso como loca de alegría. Le conté dónde estaba y le confesé porque me había marchado. Se quedó sin palabras, no le dije que estaba embarazada, pero le dije que tenía que hablar con Marc enseguida. Ella lo entendió y me dio su número de móvil. Al llamarlo, me saltó el buzón de voz y le dejé un mensaje con mi número.

Era el día de Navidad, mi madre cocinaba y mi padre ayudaba a todo. Yo descansaba porque se me hinchaban los pies y los tobillos por el embarazo. Me tenían muy mimada, como cuando era pequeña. Justo después de comer, recibí la llamada de Marc.

-Hola Marc.-Dije.

-¡Lucía! ¿Se puede saber dónde estas? ¡Llevo meses buscándote! Nadie quiere decirme donde estás. -Dijo desesperado.

-¡Ahórrate los sermones! Solo quiero darte una noticia y luego podrás seguir con tu vida. -Dije intentando no ponerme nerviosa.

-¿Qué pasa?-Dijo preocupado.

-Pues pasa que estoy embarazada, de cuatro meses para ser mas exactos.-Al otro lado de la línea se produjo una pausa un poco larga.

-¡¿Qué has dicho? ¡Estás de cuatro meses! ¿Porqué no me lo has dicho antes? ¿Dónde estás?-Dijo medio contento, pero con un enfado notable.

-Estoy en Italia, pero no quiero verte. Yo ya te he informado de lo que debías saber.-Dije colgando el teléfono.

El corazón me iba tan deprisa que pensé que me daría un infarto. Mi madre me hizo un té, para relajarme. Me acosté en la cama y me dormí. Cuando sonó mi móvil, lo apagué. Sabía que Marc no se daría por vencido. Consiguió localizar a mis padres y ellos le dijeron donde encontrarme. Me puse furiosa con ellos, pero dijeron que era lo mejor. Y al final tuve que admitir que tenían razón. Mis padres tenían cosas que atender en España y lo mejor era que volviesen. Tras unos días, Marc se presentó en mi casa.

-Tenemos que hablar muy seriamente. -Dijo entrando.

-No veo que es lo que tenemos que hablar. -Dije enfadada. Entró sin saludar, ni preguntar como me encontraba. Eso me sentó fatal, ya que mis hormonas estaban revolucionadas. Nos sentamos en el sofá y un silencio inundó el salón.

-¿Porqué me dejaste? -Dijo tras un largo silencio.

-Porque no me gusta que me engañen. -Dije fríamente.

-¿Engañarte? ¿Yo? No sé de donde sacas eso.-Dijo con voz cansada.

-¿No? ¿Y la rubia que estaba contigo aquella noche? ¿ME LA IMAGINÉ? ¡No estoy loca! ¡Sé lo que vi!-Dije gritando y totalmente enrojecida de rabia.

-Relájate. Viste lo que quisiste ver. Yo no la toqué. ¿Acaso me viste besarla o tocarla? -Dijo con tranquilidad.

-No, pero me bastó veros. Ya me da igual lo que hicieses o no. Has venido por el niño, ¿qué quieres?- La frialdad con la que le contesté me sorprendió incluso a mi.

-Quiero ver nacer a mi hijo, quiero que tenga una familia y quiero que estemos juntos. -Lo dijo tan firme que incluso dudé si me había equivocado con él,pero me mantuve.

-Podrás ver a tu hijo cuando quieras, pero olvida lo otro. Eso nunca pasará. No voy a vivir con un mentiroso, para ser una cornuda toda mi vida.-Dije seca.

-Está bien, ¿y si empezamos de nuevo? Quiero estar contigo,estos meses sin ti ,han sido pura agonía. Te he estado buscando, hasta tu prima me ocultó donde estabas. -Dijo con la voz rota de dolor.

-¿Empezar de nuevo? No... No puedo vivir con un hombre que me engañó hace menos de cuatro meses.-Dije dolida.

-Juro que no volverá a ocurrir nada por el estilo, pero te aseguro que nunca te engañé. Al menos, intentémoslo por el bebé. No quiero que crezca sin padre como yo.-Dijo agachando la cabeza.

-Está bien,pero solo lo hago por el niño. -Dije medio atontada por los acontecimientos.

Esa noche Marc se quedó a dormir conmigo. Me tocó varias veces el vientre y cuando pensaba que yo dormía le hablaba. Iba a ser un buen padre pese a todo. En una de las ocasiones, lo escuché diciéndole que aun me amaba y sentía lo que había pasado. El corazón se me encogió. Una parte de mí ,quería creerle, pero la otra me empujaba a repudiarle. No quería que me hiciese daño de nuevo. Me levanté de la cama para ir al baño y me quedé mirándolo. Se había quedado dormido con la mano en mi vientre y yo al despertarme, lo había movido. Parecía un niño pequeño al que había que proteger. Sin querer, choqué contra una lámpara y el ruido le hizo despertar.

-¿Qué pasa?-Exclamó sobresaltado.

-Lo siento, he chocado. Vuelve a dormirte, Marc.-Entré al baño y me quedé un rato mirándome al espejo. >>Aún lo quieres, sigues enamorada.<<-Dijo una voz en mi cabeza.

Negué frente al espejo, pero al volver a verlo ,mi corazón había reaccionado de forma salvaje. Quería creerle... Durante esa noche pensé mil cosas, la relación tenía que salir adelante. Mi hijo tenía que tener una familia, tenía que hacerlo. Me quedé sentada en el sofá mirando la luna. Marc se despertó y lo vi en la penumbra de la puerta, observándome. Sonreía, hasta que giré.

-¿Te encuentras bien? -Dijo preocupado.- Tenías la mirada perdida.- Se acercó a mi lentamente. Me agarró la mano como lo hacia antes, un escalofrío me recorrió el cuerpo.

-¿Porqué todo está saliéndome mal? Yo solo quería vivir tranquila, tener hijos, casarme, trabajar... No le pedía tanto a la vida.-Me eché las manos a la cara.

-Tranquila, todo saldrá bien. Lo prometo.-Dijo abrazándome. De pronto se oyó una llave,”¡oh dios mio! ¡Mark!” - ¿Esperas a alguien?-Dijo mirando mi cara.

-Sí,es Mark. Mi profesor de diseño. -Dije intentando parecer tranquila.

-¿Estás con él? -Dijo cuando abrió la puerta y entró al salón. Mark,al encender la luz nos vio.

-¡Santo dio! ¡Qué susto! -Dijo saltando.

-No... -Dije apretándole la mano a Marc.

-¡Lucía! ¿Come va?- Dijo feliz. -¿Quién es? -Dijo mirando a Marc.

-Es Marc.-Dije mirándolo fijamente, para que lo entendiese rápido.

-¡Ah! Marc,es un placer. -Dijo besándole las mejillas. Marc me miraba aturdido. ¿Qué pasa?- Me dijo con la mirada.- ¿Es gay?

-Sí, no te preocupes, soy gay. No tienes que ponerte celoso. -Dijo Mark entendiendo las miradas.

-Lo siento, antes me he precipitado en sacar conclusiones. Lucía me habría contado si estaba con alguien. -Dijo suspirando aliviado.

-Tienes razón, bueno si no os importa que pase hoy la noche aquí... No sabía que habías venido, Marc.-Dijo Mark.

La igualdad de los nombres me hacía gracia. Y me reí.

-Puedes quedarte, ya lo sabes. -Dije sonriéndole.- Nosotros volvemos a España dentro de unos días. -Dije mirando a Marc.

-¿De verdad?

-Sí, quiero ver a mis amigos y estar con mis padres. Mark,puedes quedarte el tiempo que quieras.-Dije.

Pasaron varios días y volvimos a España. Mi prima al verme corrió a abrazarme. Me instalé con mis padres en la villa familiar. Marc me visitaba cada día aunque mis padres estaban un poco rencorosos con él, pero en el fondo sabían que era bien chico.Tras un mes, ya en el quinto de embarazo, Marc quiso retomar seriamente la relación y me propuso irnos a vivir juntos. Aunque lo pensé mucho, tras la decepción anterior, acabé aceptando, pues si nos íbamos a casar teníamos que vivir juntos. Mis padres nos adelantaron el regalo de boda comprándome una casa enorme de estilo inglés. Con dos plantas, jardín... En dos semanas tuve lista toda la casa, por fin mi casa, mi familia. Mi madre no me dejó arreglar el jardín ya que de eso se ocupaba ella. Marc se adaptaba a cualquier cosa y me ayudó a decorar la habitación del bebé, pero antes fuimos a conocer el sexo del bebé. El doctor no se podía creer que estuviese embarazada con tan poquita barriga y mucho menos de cinco meses y acabó haciendo bromas sobre las mujeres que me matarían por tener una figura tan estupenda. Fue una manera muy sutil de calmar los nervios. Agarré fuerte Marc y mi presentimiento se cumplió: era un niño.

Cuando se lo dije a mis padres, empezaron a decirme nombres, pero yo ya lo tenia decidido desde el principio,se llamaría Alejandro... Como mi padre. Se puso tan contento que parecía una paloma con el pecho tan hinchado de orgullo. Mi madre y yo rompimos a reír y Marc y mi padre se pusieron a hablar sobre las cosas que le enseñarían a Alejandro. Esa misma tarde fuimos a por sus primeras cosas: biberones,chupetes, ropitas... Estaba tan feliz... Marc poco a poco me fue demostrando que de verdad me quería. Aunque seguía teniendo mis dudas con la rubia. El día del cumpleaños de Marc, teníamos una comida familiar en casa de su madre con toda la familia. Cuando entré a la casa vi a su madre rodeada de gente y a una rubia despampanante,la mujer rubia. El corazón me dio un vuelco. ¿Quién era esa mujer? Marc me cogió del brazo, su madre me abrazó y la rubia se acercó.

-Marc,¡cariño! ¿Cómo estás?-Dijo.

-Bien.gracias. Rose, te presento a Lucía, mi mujer.-Dijo apretándome a su brazo.

-¿Ella es Lucía? ¡Vaya, primo! ¡Esta vez te has superado! ¡Es preciosa! -Dijo abrazándome y ensanchando la sonrisa.

¿Primo? ¿Era su prima y no me había dicho nada? Él me miró y vio el aturdimiento en mi cara.

-Es un placer, Rose.-Dije totalmente avergonzada.

-No pasa nada.-Me susurró Marc.

-Pero... Pero..., ¿porqué no me lo dijiste?-Dije con los ojos empañados en lágrimas. Estábamos en un rincón del salón.

-Quería que confiases en mi. Solo eso. Lo siento, si te he echo daño, pero mi orgullo pudo conmigo. -Su madre nos miraba,pero no se acercó.

-No tengo nada que perdonarte. -Dije abrazándolo.- Te quiero, mi amor.

Unos coros haciendo ruiditos cariñosos en burla nos interrumpieron el beso, pero nos miramos con todo el amor del mundo. Por fin... El infierno interior que se debatía en mí, se había apagado.





Cuatro meses después.



Ha nacido nuestro hijo,Alejandro. Estamos preparando la boda y por ahora todo va bien, nadie sabe que le depara el futuro, pero nosotros somos felices con nuestro presente.


16 comentarios:

  1. ¡Hola! Me alegra que todo haya terminado bien para la protagonista tras tanto disgusto. No sé cómo Marc no le dijo antes que la rubia era la prima. ¡Madre mía! ¡Se habría solucionado todo antes! Desde luego, el jaleo que se puede montar un malentendido... Por otra parte, el reencuentro del principio se sale un poco de lo típico, resultando que al chico guapo le gustaba la chica poco agraciada de clase y lo tenía en secreto. Ese detalle está muy bien.
    Un saludo :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A veces los malos entendidos pueden ser fatales. Pero no solo en las relaciones, si no en la vida en general. Quise plasmarlo en romance, pero en todas partes puede pasar.

      Un saludo y me alegro que te haya gustado.

      Eliminar
  2. (。◕ ‿ ◕。)/ Hooolaaaaa!!!!!!
    Dios todo se ve tan apetitosoo!!! has tenido un gran día la verdad el texto ha estado muuuuuy largo pero me ha conseguido gustar que tengas un gran día.

    穛 S4Ku SEK4i®

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Saku!

      La verdad, todo estaba tan bueno que la boca se me hacía agua. jeejejej

      El texto era largo ,pero dividirlo en dos capítulos me parecía un poco tontería. Además, así no os dejaba con dudas jiji..


      Un besoteee

      Eliminar
  3. ¡Cuanto drama! Lo del chantaje me ha gustado XD

    La comida se ve riquísima, ganas de hincarle el diente no me faltaron XD

    ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El chantaje en según que situaciones, se hace muy divertido. Si es sexual, mejor jajajajaj

      Un besooo

      Eliminar
  4. Precisamente ayer hablaba con las amigas sobre esos amores del pasado que pueden volver algún día y lo que puede suceder...o no. Has leído El hilo rojo? Va de eso, y me gustó mucho.
    ¡¡Vaya comilona la vuestra!! Jajaja
    Un besazo y que disfrutes del domingo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Sii! lo leí jejejej Hay muchas historias sobre el hilo rojo o basadas en esa misma "leyenda". Está super bien.

      ¿Verdad? Nos hemos puesto morados... lo que tocaba jajajaja

      Un besote y gracias!

      Eliminar
  5. ¡Oh! Que comida más rica se me hace la boca agua (nótese que tengo hambre). Y la historia ha sido tan bonita, tan tierna... como se nota que la escribiste hace tiempo. ¡Ay la adolescencia!
    TQ

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Cuándo no tienes hambre? XDDDD

      Si,bendita adolescencia... jajajajj

      Eliminar
  6. Estoy leyendo despacio, sin prisas tu historia. Por la tarde tendrás mi comentario.
    Saluditos

    ResponderEliminar
  7. !Que festejo, Mia! Que estoy babeando, mira nada más que delicias. Que aun no he almorzado. :0)
    Muy romantico, y bello melodrama. Reza un dicho, que donde hubo fuego cenizas quedan. Encantador el encuentro sorpresivo con ese amor de adolescencia. Tu protagonista hubiera evitado todo ese rollo enfrentando el problema al momento. Pero lo mejor, que tuvo un final feliz. Me gusto ese pavo real que introdujiste a la historia.
    Beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si hubiese enfrentado el problema al momento, no habría historia. Y eso es lo interesante. ^_^ Que los malos entendidos sean protagonistas.


      U nsaludo!

      Eliminar