Nos refugiamos de la lluvia en un antro de mala muerte por el centro. No nos quedaba otra,mis amigas y yo estábamos empapadas. El resto de locales ya había cerrado y ese era el único sitio al que podíamos entrar. El humo cargaba el ambiente así que saqué el último cigarrillo,mientras buscaba un mechero para poder encenderlo. De pronto una llama apareció frente a mi cigarro...
-¿Me permites?-Dijo aquel hombre,alto,de ojos azules,con el pelo mas oscuro que la noche. Alborotado y con una sonrisa torcida. Atractivo,sexy,peligroso...
-Claro. Gracias. -Dije fijándome en sus profundos ojos azules.
-Un placer. Soy Damon. -Sonrío.
-Elena.-Mi corazón latía fuerte y su sonrisa me debilitaba. Ha sido un placer,Damon. -Dije para despedirme.
-Igualmente,Elena.-Sus palabras sonaban como música saliendo de su boca. Se despidió y se fue a una mesa cercana.
Mis amigas se habían quedado con la boca abierta. Obviamente no todo el mundo tiene delante a semejante hombre. Las dos cuchicheaban entre sí,mientras yo me giraba porque notaba que alguien me miraba. Me giré y le vi,mirándome con una sonrisa y los ojos totalmente clavados en mi. Aparte´la mirada avergonzada.
-Voy a por tabaco.-Dije mientras fumaba y buscaba dinero dentro del bolso. -Vuelvo enseguida. -Les dije a mis amigas.
Me levanté de la mesa,estaba nerviosa. Ese hombre me hacía sentirme extraña. Busqué la máquina de tabaco ansiosa,se me había acabado y necesitaba otro urgentemente. Estaba mas nerviosa de lo habitual. Cuando estaba asqueada de tanto buscarla,me giré para volver a mi mesa...
-¡Dios! ¡Qué susto! -Dije dando un respingo.
-Perdóname. No pretendía asustarte. -Dice agarrándome porque casi me caigo del susto.-Te he visto algo perdida y venía a ayudarte. ¿Buscas la máquina de tabaco,verdad?
-Eh...Si. -Me avergonzaba estar delante de él. Me miraba como nunca nadie me había mirado.
-Está rota. Pero hay un bar justo en la calle de al lado que parece cerrado,pero no lo está. Ahí tienen tabaco. ¿Quieres que te acompañe? -Dice ofreciéndome uno.
-Te...Te lo agradezco. -Dije cogiendo el cigarro que me ofrecía y relajándome por unos minutos al tenerlo tan cerca.
Salimos a la calle tras avisar a mis amigas de que iba a salir y él me iba a acompañar. Mis amigas estaban alucinadas por la situación. Me conocían bien y sabían que jamás habría aceptado irme con un extraño,pero no había podido decirle que no.
Salimos del bar hablando de cosas mundanas. Nos estábamos conociendo a paso acelerado,pero notaba algo extraño en sus ojos. Era peligroso,como un animal.
-¿No eres de Mistic Falls,¿verdad? -Pregunté para saber algo mas de él.
-Nací aquí,pero me fui hace muchos años... -Dijo sonriendo.- Ahora he vuelto para quedarme.-Dijo exhalando el humo del cigarro.
-Ya... -Dije mientras él me habría la puerta de un bar oscuro y sucio.
-Tranquila. Entra. No va a pasarte nada. -Dijo al ver mi expresión de horror.
-Va...Vale. -Dije entrando hasta el fondo del bar. Notaba que todos me miraban y Damon me agarró de forma posesiva. Saqué un paquete de tabaco y rápidamente me intentó sacar de allí,pero un tipo se le puso delante cortándonos el paso.
-Aparta.-Dijo secamente. El tipo le sacaba tres cabezas.
-No,la quiero para mi. -Dijo el hombre mirándome con ojos,¿hambrientos? Sentí miedo.
-He dicho que te apartes.-Dijo agarrándolo del cuello con una fuerza extraordinaria y quitándolo de nuestro camino tirándolo a la barra. Yo me había quedado plantada en el suelo. Era incapaz de moverme.
Damon me agarró por la cintura y me sacó de allí. Estaba en estado de shock.
-¿Elena? -Dijo meneándome por los hombros. -¿Estás bien? -Preguntó serio.
-Yo... Creo que sí. -Dije saliendo del estado. Me sentía asustada.- ¿Qué...Qué ha pasado ahí dentro?
-No ha pasado nada,Elena. -Dijo mirándome fijamente. ¿Intentaba hipnotizarme? ¿Qué demonios estaba pasando?
-¿Intentas hipnotizarme con tus ojos o algo así? -Dije perpleja. -Se te han oscurecido...
-¿Eh?- Se quedó dudando. -¿De dónde has sacado ese collar? -Dijo mirándome al cuello y cambiando de tema.
-Me lo dio mi abuela antes de morir. Lleva una planta extraña. Verbena,creo...-Dijo tocándose el collar.- mi abuela decía que era una protección contra los...¿vampiros? -De pronto una luz se encendió en mi cabeza. -¿Eres... un vampiro?
-¿Un vampiro? ¿De dónde sacas esas ideas,Elena? Los vampiros no existen. -Dice mirando con una sonrisa torcida.
-Su...Supongo que estoy algo aturdida. (No,sé lo que he visto ahí dentro.) -Suspiré.
-Vamos,te llevaré con tus amigos de nuevo.-Dijo agarrándome del brazo.
Caminamos de nuevo al bar,pero mis amigas ya no estaban. Miré el móvil y me habían llamado mil veces y dejado muchos mensajes. Estaban cansadas.
-¡Estupendo! -Murmuré medio enfadada.- Gracias por acompañarme,pero mis amigas se han ido. Así que yo también debo irme.
-¿Porqué no te quedas a tomar algo conmigo? -Dijo sonriendo.
-Esto... Es tarde,pero bueno. Supongo que luego podré llamar a un taxi. -Dije pensativa.-Además aun sigue lloviendo mucho...(Estoy poniendo excusas tontas para quedar,soy idiota.) Vale,me tomaré una cerveza contigo. -Sonreí.
-Ven,te presentaré a mi amigo Alaric. Está esperando a su novia,pero creo que lo ha dejado plantado... -Suspira.
Fuimos a la mesa donde estaba su Alaric y nos presentó. De pronto una chica rubia apareció por detrás.
-¡Lexi! ¡Has venido! -Dijo Alaric levantándose para besarla.
-¿Pensabas que no vendría? Es que la "cena" se ha alargado.-Dijo enfatizando esa palabra.
-Sabía que vendrías.-Dijo presentándonos y sentándonos todos en la mesa.
Tras tomar unas cervezas y ya estar algo mareada,estaba a gusto,pero era hora de irme a casa.
-Ha sido un placer,pero...Creo que he bebido demasiado y debería irme a casa. -Dije levantándome de la butaca.
-El placer ha sido nuestro. -Dijeron Alaric y Lexi al mismo tiempo.
-Te acompaño.-Dijo Damon levantándose también.
-No hace falta. Llamaré a un taxi... -Dije nerviosa y mareada.
-No estás en condiciones de ir a casa sola. -Dijo agarrándome del brazo para sujetarme.
-No debería haber bebido tanto...-Dije despidiéndome con la mano de los otros dos. -No suelo beber casi nunca.
-Pues parecías una esponja... Te has bebido las cervezas como agua. -Dijo a carcajadas sacándome del bar.
-De verdad... No hace falta que me acompañes a casa. -Dije sacando el móvil. -Puedo llamar a un taxi.
-Me niego a dejarte sola en este estado. ¿Sabes los peligros que hay de noche? ¿Una chica como tú de madrugada sola? -Dijo cerrando los puños como con furia.
Me subió a su coche acompañándome a casa y dejándome justo en la puerta.
-Espero volver a verte,Elena...-Dijo besándome la mano.
-Y...Y yo.-Dije avergonzada.
Y dicho esto,se marchó...