
Lo sé, ahora no soy muy constante, pero intento retomar mi vida donde la dejé. Es decir, para mi, estas últimas semanas, han sido muy duras y vamos a continuar. Si no has leído el principio y quieres leer mi testimonio: Mi desaparición Parte 1
Ya que hasta que me desahogue del todo, aun queda un poco. Bien, os conté que estuve en la UCI. Obviamente, allí no pude ver a mi pequeño. Por lo que el primer día que desperté ahí, me sentí morir. Me habían alejado de mi bebé, de mi marido y de mi madre. Y en ese momento, realmente les necesitaba mucho, más que nada por el terror, pánico... No sé, en ese momento sentía muchas cosas. Las enfermeras entraban y salían constantemente. Mi tensión estaba un poco más controlada, pero aun seguía alta. Estaba conectada a una vía que iba directa a mi corazón, las llaman bombas, porque cada "x" tiempo, va soltando pequeñas dosis. Intentaban que no me muriese, pero alejada de todo y de todos, yo me sentía en otro mundo. Era muy duro, sobretodo porque habían dos visitas al día, pero para los acompañantes, no era agradable.

Me tomaban la tensión cada hora, me ponían medicamentos más fuertes, me daban pastillas... El primer día fue caótico. Apenas pude dormir. Me visitaron mi marido y mi madre en diferentes turnos. Fue duro. El segundo día, lo pasé algo mejor, los médicos alucinaban con la mejoría y mi familia sé que lloró al ver que yo ya tenía la vista mejor y tenía color en la cara. Las enfermeras eran realmente encantadoras y se les notaba la vocación por el trabajo. Intentaban calmarme constantemente, me visitaban e intentaban ponerme cómoda para que la tensión se regulase sola... No tengo palabras para expresar lo bien que se portaron. Aunque me tenían medicada por todas partes, tanto por vena, como oralmente, debo reconocer la gran labor humana que hacen. Recuerdo con cariño a todas, sin excepción. El trato en la UCI, era realmente tranquilizador, ni una mala cara, todo muy humano. Las enfermeras y los médicos intentaban tratarte de la mejor forma posible, y explicarte las cosas para que no tuvieses miedo. Aunque por dentro yo seguía temblando como una hoja. El miedo a que volviese a darme otro ataque, era demasiado.

Al día siguiente, volvieron los médicos y me dijeron que iban a intentar quitarme la bomba. Era el tercer día y la tensión empezaba a no pasar de 14, lo cual era realmente bueno. Pero claro, seguían teniendo miedo de que al quitarme la bomba, volviese a subir. Por lo que desde las ocho de la mañana, empezaron a rebajar la medicación de la bomba. La verdad es que la enfermera que estuvo conmigo ese día, hizo lo posible por poder sacarme de la UCI. Incluso me dijo algo que se me quedará marcado para siempre: Tranquila, que si no conseguimos que vayas a la habitación hoy, tú verás a tu hijo. Te sacaré yo aunque sean diez minutos para que puedas tenerlo.

Incluso la enfermera de la UCI, bajó a conocer a Ian. Realmente asusté a todo el mundo. Hasta la enfermera lloró. Sin embargo, ahí no acababa nada, porque debía seguir en observación. Ese momento, no lo olvidaré jamás. Volver a ver a mi hijo y tenerlo encima, con su olor, tan pequeñito... No le deseo a nadie esa separación. Porque aparte, estaba con los dolores por la cesárea. Y para colmo, no había podido darle pecho, que era lo que yo quería. Pero estaba viva, que era lo importante. Esa noche, mi bebé durmió pegado a mi, piel con piel. Intenté mantenerme despierta todo lo que pude, pero mi madre y mi marido fueron los que estuvieron atentos, ya que yo no podía apenas moverme. Aunque le di todos los bibes que pude y lo tuve todo el tiempo que pude encima.


Y después de estar desde el día 30 en el hospital, el día 12 de enero, apareció un ángel en forma de médico para darme lo que tanto esperaba: El alta. Por fin me iba a casa. Después de tantos días de sufrimiento, por fin iba a volver a mi comodidad. Y al fin, mi madre podría respirar tranquila, mi marido podría dormir y comer en condiciones. Y mi hijo iba a conocer su casa. En realidad, me sentía fatal porque mi abuela estaba ahí, pero... ¿Cómo no iba a estar contenta de ir a casa? Los médicos me habían salvado la vida, aun a pesar de ir medicadísima e iba a poder ver a mi hijo crecer.

No sé si alguna vez he dicho que soy claustrofóbica, por lo que la resonancia no me hizo ninguna gracia. Me tuvieron ahí metida 30 minutos e intenté no vomitar y no ponerme a gritar por el pánico. Sabía que si lo hacía, iban a tardar más o tendrían que repetirla. Pero aguanté volver a ponerme camisón de hospital, que me metiesen en el tubo y que hiciesen lo que tenían que hacer. Los médicos hicieron que todo fuese lo más cómodo posible y estoy agradecida, pero doy gracias de no seguir en el hospital.
Los hospitales no solo consumen al paciente, sino a los familiares. Quitan vida a la gente y eso hace que el paciente se sienta peor. No solo porque yo quería que mi familia estuviese, porque tenía miedo de estar sola. Sino, que por ese egoísmo de no querer estar sola, mi marido y mi madre, estaban durmiendo y comiendo fatal. Que sé que ellos se quedaban encantados conmigo, porque también habían pasado mucho miedo, pero me sentía fatal porque tuviesen que quedarse conmigo las 24 horas. Y aparte comían solo porquerías o bocadillos. Era terrible. Por lo que, aunque ya se lo he dicho a ellos, no puedo dejar de dar las gracias a mi familia. Por no haberme dejado sola en ningún momento, por haberme aguantado todos los llantos, el miedo y la sensación de muerte que se cernió sobre ellos en tan solo unas horas. Unas horas que lo cambiaron todo. Ahora voy a tomarme la vida de otra manera e intentar disfrutarlo todo mucho más, porque estar al borde de la muerte, te cambia. Mucho.
Continuará...
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¡ME VOY A CASA! |
Es muy fuerte todo lo que contaste, me alegra muchísimo que esto haya sido una historia con final feliz. Que disfrutes mucho a tu bebé y a tu familia, que tan bien te cuidaron.
ResponderEliminar¡Besos!
gracias, Cyn. Si, es una suerte que ya todo haya pasado. Ahora solo voy a intentar superar y tenerlo como un vago recuerdo. ^_^
EliminarUn besote!
Chiquilla, sí que lo has pasado mal, menudos días. Menos mal que diste con esa enfermera que era un primor de mujer, no la olvidarás nunca.
ResponderEliminarUn besazo!
Será imposible olvidarme de ella. De hecho, en la p´roxima visita que tenga, me gustaría ir a verla y llevarle algún detalle. Veremos que se me ocurre.
Eliminarun besoooo
Se me ponen los pelos de punta... ojalá hubiera podido estar ahí contigo. Ojalá fuera tu hermana de verdad para poder haberos ayudado.
ResponderEliminarTe quiero guapa
Aunque no seas hermana, sé que te has preocupado como si lo fueses. la sangre no hace a la familia y tú formas parte de la mía.
EliminarTQ
(。◕ ‿ ◕。)/ Holaaa!!!
ResponderEliminarque felicidad que esto haya terminado con un final feliz, me alegra un monton que te hayan tratado muy bien en todo aspecto que admirable esa clinica, con respecto a las resonancias yo no soy claustrofobica pero tuve que hacerme una por mi enfermedad duro una hora y tuve que cerrar los ojos porque me dio bastante miedo estar ahi :c
pero bueno espero actualmente este todo mucho mejor le has ganado a lo peor y de eso debes sentirte orgullosa y bendecida por los medicos y enfermeras!
Ten bonito día espero puedas pasar a visitarme un abrazo!
穛 S4Ku SEK4i®
Si, yo gané, pero por un momento, pensé que no lo haría. Ese hospital ha sido una bendición.
EliminarUn besote!
Me dejo impactada por lo que pasastes. Pero al final, veo que estas mejor y feliz. El angelito es hermoso, yo lo veo y me da ternura, como no te habrás sentido al cargarlo por primera vez, debió ser una sensación celestial.
ResponderEliminarTe deseo muy buena recuperacion, cuidate y toma tu reposo.
Bso
Entiendo tu impacto. Si yo hubiese leído algo así sobre cualquiera, me habría quedado igual. Por suerte, aquí estoy. Vivita y coleando. ¡Y pienso dar mucha guerra!
EliminarUn besote!