¡Buenos días!
Hoy escribo bien temprano, porque el peque duerme y de momento no puedo hacer nada en casa. Os voy a contar un poquito el finde, que ha sido bastante movidito.

El viernes, nos llegó una mesa que había que montar. Así que el sábado ,me puse a ello, mientras mi querido maridín, se quedaba con el niño. Debo decir que me encanta montar cosas, aunque creo que eso ya lo sabéis de otros post. Me puse a montar la mesa, más feliz que una perdiz. Y debo decir, que el resultado ,quedó perfecto. ^_^ Ahí os dejo las fotitos para que veáis que apañada soy. 😂
Por lo que por la tarde tenía que limpiar, por lo que me puse a ello. Colocamos (¡Al fin!) el sofá y le pasé unas 13-14 veces la fregona al comedor. Ya que obviamente, tiene ese color blanquecino que se queda de la obra. Pero como los obreros tenían que volver hoy, pues tampoco me maté mucho en el suelo. Aunque le fui pasando todo lo que pude y listo. Luego me puse a limpiar la cocina y escuché un ruido raro, vi algo moverse, pero no le di importancia, ya que como hay mil cosas y cada dos por tres algo se cae, pero me equivocaba.
Cuando ya estaba tranquila, sentada en el sofá, pedimos del chino. Una gozada, ya que pedí unas tostadas de gambas, que me encantaron y me quedé despachurrada en el sofá. Sin embargo, un rato más tarde, estaba empanadísima con la serie que estaba viendo y de pronto vi algo moverse (otra vez). Era nada más y nada menos, que una Señora Rata. No un ratoncito, NO. UNA RATA. Eran las diez de la noche y pegué tal grito, que creo que me escucharon hasta en el pueblo de al lado. Claro, lo primero que pensé, fue que tenía que llevarme al niño a la habitación. Porque como siempre se ha dicho, si huelen la leche, podría acercarse al niño y es muy peligroso. Así que cogí al cachorrito y me lo subí a la habitación. Después, por suerte siempre estamos preparados, cogimos una caja de veneno y la echamos por toda la cocina. Sabíamos que estaba ahí, porque suelen hacer sus nidos ahí. Normal, hay comida. Y para colmo, la ratita , se habia comido un phoskitos, con todo su morro y lo dejó ahí en medio de la cocina a la mitad. ¡Al menos se lo podía haber terminado! ¬¬

Pues bien ,tras poner el veneno, nos fuimos a dormir. Porque no había manera de encontrarla. Al día
siguiente, el domingo, era un día especial. Así que teníamos que olvidarnos de la rata por unas horas. Como os dije, era el cumple de mi madre, de mi suegro y el santo de mi peque, mi marido y mi suegro. Así que había que celebrarlo. Fui a ver a mi padre y mis abuelos, para que vieran al peque. Y después, nos fuimos a comer con mi madre. Y ahí el cachorrito, empezó a estar empreñoso. La verdad, pensábamos que los cólicos ya se le habían quitado, pero nos equivocamos.
Después de comer, íbamos a ir a soplar las velas con mi madre, pero el nene se puso mucho peor. Desgraciadamente, los cólicos lo estaban dejando chof. No dejaba de llorar y llorar... 😓 Y aparte, no dejaba de llevarse el puño a la boca. Así que con toda la pena del mundo, mi madre se tuvo que ir con mis hermanos, su novio y su mejor amiga, y nosotros acabamos en urgencias. Para que al menos, nos dijesen si se podía hacer algo.
Debo decir, que las dos veces que hemos ido a esa clínica, nos ha atendido el mismo pediatra. Y me encanta. Es un hombre super amable y además, te atiende super rápido y te da soluciones o al menos te calma como puede. Porque claro, llega un momento en el que te desesperas y crees que es otra cosa. Sin embargo, nos dijo lo que ya sabíamos. Eran cólicos y aparte, los dientes ya le están empujando y claro, le duele la boquita. Normalmente, los dientes no empiezan a salir tan pronto, pero como mi niño es uy precoz como su madre, pues... Ya empieza. No sé si alguna vez lo habré dicho, pero yo con 9 meses, ya tenía todos los dientes y muelas, los médicos alucinaban, aparte de que hablaba y caminaba bastante bien. Con un año, mi madre dice que era una pasada, porque lo hacía todo yo sola y los médicos decían que era un caso entre millones. Así que imagino, que Ian, va más o menos por el mismo camino. No creo que sea tan precoz, pero... Ya empieza. Salimos de urgencias, bastante más tranquilos. Aunque con la pena de no haber podido ir a soplar las velas con mi madre. Es el primer año que no lo celebro con ella, así que me dio mucha pena.
Como queríamos irnos a casa, pero era el día del libro y la clínica estaba justo al lado de los puestos. A tan solo una calle, pues nos dimos un paseo antes de coger el taxi. Y como teníamos que ir a la farmacia para comprar apiretal para el dolor del nene en la boca, acabamos comprando más de la cuenta. Como siempre.
Cuatro biberones de la marca Suavinex, dos tetinas (que la chica se equivocó y nos dio la talla S cuando Ian ya toma con la M). Unas galletitas sin gluten de Almirón (que por cierto están muy buenas... 👀 ). Un bote de jabón y dos colonias de Mustela. Que adoro esa marca y el olor. Dos mordedores, que mucha falta nos van a hacer y de hecho en cuanto lo lavé y se lo di, le cambió la cara. Y dos botes de alcohol para manos, porque no me gusta coger al peque después de haber tocado otras cosas o de haber fumado. Todo eso, unos 110 euros, un palazo en toda regla, pero es lo que tienen las farmacias. Son caras con ganas.
Y después de eso, llegó mi momento. ¡LIBROS! Hacía tanto que no compraba un libro en papel, que me emocioné y todo.
La verdad, pensaba que siendo el día del libro, harían mucho más que solo un 10% de descuento, pero me llevé una trilogía que ya tengo en el ipad, pero quería en papel: Pídeme lo que quieras, de Megan Maxwell. Y La chica de antes de J.P Delaney. Que me lo recomendó la chica, así que me lo llevé para tener una lectura nueva. A ver si consigo leerlo y el peque me deja. 😂
Y ese ha sido mi fin de semana tremendo.
Hacía tiempo que no hacía post tan largos con esto, así que me quedo satisfecha.
PD: Estoy pensando en hacerme un canal de Youtube, ¿qué opináis?