Yo aquí, que acabo de despertarme de una tremenda siesta... ¿Cómo puede ser que esté todo el tiempo tan cansada? Vale, he estado toda la mañana sin parar, pero tampoco es que haya corrido una maratón. Aunque a mi cuerpo se lo parece. 😳
¿Sabéis? Durante la siesta, he soñado con mi bebé. Vaya tela, parece que el último trimestre se convierte en una obsesión. Es normal que se desee tanto que un niño salga, es que las ganas de verle aumentan de tal forma, que se convierte en eso: Obsesión por verle. En fin, hoy no tengo mucho que contar, porque aparte de médicos y de ir a recoger cosas, no he hecho nada. Así que os dejo con una historia antigua, que espero que os guste.
Madurez
1
capítulo
Cuando
salí de casa cogí la mochila, pensando en las mismas cosas de
siempre, me dirigí al instituto.Como siempre llegué a clase temprano
y aún no había llegado nadie. Me senté y me puse a revisar los
cuadernos que tenia ese día. En ese momento,un nuevo chico entró,no
lo había visto nunca antes y no era muy normal tener alumnos a mitad
de curso. Me miró y me saludó. Lo vi dirigirse a la mesa del
profesor y dejó sus cosas ahí.
-Perdona,esa
es la mesa del profesor. No te puedes sentar ahí.-Dije.
-Es
que es mi mesa.-Dijo sonriendo.
-¿Tu
mesa?-Dije incrédula.
-Soy
profesor. Vengo a sustituir a tu profesora. Ha tenido un accidente y
no vendrá en un par de meses.
-¿Eres
profesor? -Dije sorprendida.- ¿No eres demasiado joven? -Me
miró.-Uppss... Perdón, no debí decir eso.
-No
pasa nada. La verdad es que siempre me confunden con un alumno. Estoy
acostumbrado.
-De
verdad. Lo siento.-Me sentí avergonzada.
-No
importa. Bueno empezaremos otra vez. Me llamo Alberto Changet y soy
tu nuevo profesor,¿y tú eres?-Dijo sonriendo.
-Miranda
Azumi. -Me sonrojé cuando me miró con esos ojos marrones tan
brillantes.
Me
di cuenta de que me había puesto nerviosa mientras hablábamos, pero
no podía hacer nada. Cuando estábamos hablando sobre los alumnos
llegó Mune, mi mejor amiga. Detrás de ella le seguía Ray, el chico
al que mi amiga mas quería en el mundo. Pero no estaban juntos. Una
pena,porque hacian una buena pareja.
-Hola
Miranda, ¿qué haces aquí tan pronto? Hemos ido a buscarte y nos han
dicho que ya habías salido.
-Sí, no
me apetecia quedarme en casa. Quería salir lo antes posible. Hola
Ray.-Dije mirándole. - ¿Qué te pasa? Estas muy callado.
-Emms... Hola Miranda,¿callado? ¿yo? ¡No!-Dijo nervioso.- Es solo el
sueño...¿Y tú quién eres?
-Disculpad, soy
el nuevo profesor, Alberto. Sustituiré a vuestra profesora. -Les
explicó.
A
los pocos minutos sonó el timbre dando el comienzo a las clases.
Entraron todos y nos sentamos.
Se
presentó ante toda la clase. En ese momento no me habia fijado en
que había entrado un chico nuevo. Se levantó y se presentó, pero yo
no le presté mucha atención. Me di cuenta de que era un chico
reservado nada mas verlo. Supe que nos llevariamos bien.
Al
acabar la clase terminé de escribir y mis amigos se fueron al
gimnasio,pero como yo no tenia esa clase me fui a la biblioteca.
Cuando llegué vi al chico nuevo sentado. Casi nunca había nadie
allí, por lo que me extrañó bastante. Me senté en la mesa en la que
él estaba. Me miró y me hizo una señal para que saliese a la
puerta con él.
-¿Qué
quieres? -Pregunté.
-Me
he fijado en ti cuando estabamos en clase. ¡Oh! Perdón,no de la
manera que tú crees. Me he fijado en ti por otras cosas.-Debió ver
algo en mi cara que le hizo cambiar el tono.- ¿Te gusta el nuevo
profesor,verdad?
-¿Qué?
Sí,claro.Es muy simpático.-Dije.
-No
me refiero a eso. No eres tonta,Miranda. - Lo miré duramente para que
se explicase bien.
-¿Cómo
decias que te llamabas?
-Perdona, soy
Javier. Me he trasladado con mi tío aquí, vengo de Cádiz.
-Vaya ,¿y
tus padres?
-Murieron
en un accidente de coche cuando tenía doce años.
-Lo
siento. -Dije arrepintiendome de la pregunta.- ¿Porqué me has
preguntado si me gustaba el profesor? ¿Tanto se me ha notado? -Dije
cambiando de tema con rapidez.
-He
estado todo el rato sentado a tu lado y he visto como lo mirabas.
-No
te equivocas, me resulta interesante y muy atractivo.
-Gracias, Miranda.
Eres la primer alumna que dice que soy interesante.- Al oír su voz
tras de mí, me quedé helada.
-Esto...Yo...
-No
pasa nada,Miranda. -Dijo sonriendo. -Me halaga que me consideres
atractivo. Una lástima que sea tu profesor. - Lo dijo en tono de
broma, pero su mirada me sugirió algo.- ¿Cómo estás, Javier? ¿Cómo
han ido las primeras clases?
-Bien, esperaba
algo mas duro, pero la verdad es que es muy fácil. Por cierto, no iré
a casa a comer. Tengo que ir a la librería y a comprar un par de
cosas.
-¿A
casa? ¿Es tu...?-No pude acabar la frase.
-¿Mi
tio? Sí. -Dijo sonriendome.
-Pero
no lo comentes, le darías mala reputación. -Dijo Alberto riendo a
carcajadas y dijo: Imagínate si supiesen que su tío es su
profesor... Se lo comerían los leones. -Me guiñó un ojo.- Pasadlo
bien, y tú no llegues tarde a casa. -Dijo alejándose.
-¿Y
bien? ¿Qué te atrae de mi tio?
-¿Qué?
Creo que no nos conocemos tanto como para tener tanta
confianza, Javier. Además, tu tío no me atrae.
-¿No?
Entonces, ¿porqué no paras de mirarle y tienes esa cara de celos
hacia esa chica?
-¡No
estoy celosa! -Exclamé,haciendo que todo el mundo se girase a
mirarme. Vi como Alberto se giraba y ponía una pequeña sonrisa
mientras hablaba con la chica. ¿Era posible que...?
No... Definitivamente,no. Me giré sobre los talones y muy deprisa me
marché.- Nos vemos en clase, tengo que irme.
Javier
me miró con extrañeza, pero lo ignoré y fui violentamente caminando
por el pasillo. ¿Quién se creía que era ese chico para decir lo
que yo sentía? Acababa de conocer a Alberto ,era imposible tener esa
sensación de celos. Bajé las escaleras con tan mala suerte que me
tropecé y me golpeé la cabeza.
Al
abrir los ojos, vi que estaba en la enfermería. La cabeza me dolía
horrores y cuando me toqué, noté que tenía un chichón. Por
suerte, me lo había hecho detrás y lo tapaba el pelo, pero realmente
era grande.
-¡Por
fin te has despertado! -Dijo una voz muy familiar.
-¿Mune?
-Dije con la boca seca.
-Sí, te
has caído por las escaleras y el nuevo profesor te ha traído a la
enfermería y han llamado a una ambulancia.
-¿¡Ambuláncia!?
¡No! -Exclamé levantandome de un salto. Tan rápido que me provocó
un mareo horrible. Mune me agarró y me ayudó a tumbarme.
-Deja
de hacer la tonta, Miranda. Te iras con la ambulancia y no hay
discusión, podías haberte matado. Has rodado casi 50 escalones hacia
abajo y encima te has golpeado la espalda. Tienes que ir a mirarte.
-Esta
bien, mamá. -Dije irónica.
-No
deberías hablarle así a tu amiga, Miranda. A fin de cuentas, solo se
preocupa por ti.
Giré
la cabeza y ahí lo vi... El hombre mas guapo que jamás podría
imaginar nadie. Sus enormes ojos marrones hicieron que me perdiese en
ellos. No podía dejar de mirarle y no podía hablar.
-¿Miranda? -Dijo
Mune, dándome un golpecito en el brazo.
-¿Qué?
¡Oh,sí! Supongo que debería hacerle caso, pero odio que me digan lo
que tengo que hacer... -Dije dirigiéndome a Alberto.
Su
mirada era penetrante y su cuerpo un delito, al parecer el golpe había hecho florecer lo que realmente pensaba de él. Y la verdad, era algo
escandaloso dada la situación. A una alumna que le gustaba su
profesor, era algo normal, pero no quería decir que fuese a pasar
algo, ningún profesor en su sano juicio arriesgaría su puesto ,y ni
siquiera sabia si le gustaba. Y lo mas probable era que su respuesta
fuese negativa. Por supuesto, no iba a decirle nada, pero me era
imposible no mirarlo a hurtadillas. Me rendí y cerré los ojos. No
pude hablar mas. Estaba derrotada y me dolia todo el cuerpo. Escuché
a Mune hablar con la enfermera y Alberto mientras esperaban a que
llegase la ambuláncia. El tono de voz de Alberto era bastante
preocupado, aunque Mune le dijo que era bastante fuerte, a pesar de que
era mentira.
A
mis 18 años, me sentía bastante adulta. Estaba a punto de acabar el
bachillerato y al año siguiente estaba segura de que iría a la
universidad. Al fin y al cabo,siempre habia sacado buenas notas y la
selectividad estaba segura de que me saldria genial. Cuando llegó la
ambuláncia,me llevaron en la camilla,lo cual me produjo un mareo que
me hizo vomitar. Ray me había traído mi bolso con la carpeta y Mune
había decidido venir conmigo, ya que mi madre no podía salir del
trabajo. Mune la tranquilizó y le dijo que solo era un golpe y me
llevaban solo para reconocerme. Como mi madre confiaba tanto en
ella,la tranquilizó y le dijo que ella me llevaría a casa.
Me
pasaron directamente a urgencias y me sentí bastante estúpida, veía
las caras de muchos enfermos que seguro que se encontraban en peor
estado que yo, y yo simplemente me había dado un golpe. Me hicieron
varias pruebas y entró el doctor.
- Señorita,Miranda. -Dijo el médico.- Te va a salir un buen chichón tras esa caída, pero te repondrás.
-Muy
astuto,doctor. No me había dado cuenta. ¿Puedo irme ya?-Dije con
frialdad.
-Me
temo que no. -En ese momento, mi mirada se volvió mas fría si aun se
podía y el médico cambió el tono burlón al mirarme. -Tras el golpe
y las radiografías que te hemos hecho, hemos encontrado una pequeña
mancha al lado de un riñón y tendrás que quedarte aquí hasta que
sepamos que es.
-Pero... ¿Puede
ser algo grave?-Dije preocupandome de verdad.
-Probablemente
no sea nada, pero mas vale asegurarnos. -Dijo.-De todas
maneras, probablemente no sea nada, pero mejor no correr riesgos.
-Cáncer...-Dije
en voz baja.
-No
te preocupes, Miranda. Puede ser algo totalmente inofensivo. Le digo a
tu amiga que pase o prefieres estar sola?
-Que
pase, por favor. -Dije con voz suplicante. En ese momento estaba
atemorizada.
Tras
contarle a Mune lo que había hablado con el médico, me abrazó y me
dijo que no sería nada, pero en ese momento tuve una corazonada. Algo
me decía que los resultados no serían nada buenos...Y estaba muy
asustada. A las 5 de la tarde,mi madre llegó. Cuando le conté lo
que me habia dicho el médico se puso a llorar,pero conseguí
tranquilizarla. Mi padre estaba fuera de viaje de negocios y cuando
se enteró de lo que ocurría dijo que volveria a casa,pero me negué.
-Todo
saldrá bien,papá.-Mi voz intentaba sonar positiva,pero era difícil
mantener la compostura con algo así. - Te llamo mañana y te cuento.
-Hija,ve
a nuestro médico. Él te revisará y tendremos los resultados esta
misma tarde. -Su voz me sonaba
tan lejana ,pero no tuve mas remedio que hacerle caso. No queria pasar
la noche en ese hospital. Solo quería irme a casa.
Le
colgué y llamé al doctor Hensell, los doctores del hospital me
dieron todos los informes y a las dos horas me estaban realizando los
mismos estudios para confirmar sospechas. Y en efecto, era un tumor.
Al día siguiente me iban a operar, aunque todavía no estaba muy
desarrollado, si lo hubiesen visto semanas después, probablemente
hubiese sido un poco tarde.
A
la mañana siguiente, con el estómago vacío, me llevaron al
quirófano. El anestesista me hizo contar diez hacia atrás, pero no
recuerdo llegar al ocho.
Al
despertarme, un dolor me atravesó todo el cuerpo. Como si un rayo me
partiese por la mitad. Ahogué un grito,pero una mano me agarró
fuertemente.
-¿Maa...mamá? -Dije
con la garganta seca.
-Soy
Alberto, tu madre ha tenido que irse a la oficina por una emergencia.
Le he asegurado que te cuidaría hasta que volviese,si no...No se
hubiese ido nunca.
-¡Ah...!-Exclamé
ruborizandome. ¿Qué hacia él aquí? ¿Dónde estaban Mune y Ray?
¿Porqué nos habían dejado a solas? ¡Argg! - ¿Hace mucho que me
han sacado? Recuerdo haberme despertado, pero me he vuelto a dormir
sin querer.
-Es
lógico. Lo que me extraña algo. ¿No preguntas cómo ha ido?
-¡Oh,claro!...
¿Qué han dicho? ¿Ha salido todo bien? -Dije un poco incómoda.
-Sí,ya
no tienes nada. Te lo han
extirpado y no corres riesgo alguno. Te recuperarás.
-Vaya, hablando
así pareces médico y no profesor.
-Es
la costumbre de hablar tan formal. Creo que es mejor que
duermas,pareces cansada. ¿Quieres que llame a la enfermera?
-No
quiero dormir. -Repliqué. - ¿Qué hora es?
-Las
siete. -Dijo él tranquilo.Su tranquilidad hacia que me pusiese mas
nerviosa todavía.
-Pues
aun no quiero dormir. ¿Puedes darme un poco de agua,por favor?
-Claro.-Se
levantó de la silla con un movimiento ágil,pese a lo grande que
era. Contemplé sus musculosos brazos y sus manos fuertes. Al darme
el vaso de agua su piel rozó la mía y el contacto fue como una
corriente eléctrica.-Parece que has salido electrizante del
quirófano. -Dijo burlón.
-Eso
parece... -Me bebí el agua con las manos temblorosas.- ¡Ay! -Me
quejé, habia echo un pequeño escalofrío doloroso, me recorrió la
espalda.
-No
te muevas. Llamaré a la enfermera para que te ponga un calmante. -No
me resistí porque me dolía muchísimo.
Cuando
la enfermera llegó,me inyectó un calmante y pronto los párpados se
me cerraban solos, hasta que caí profundamente dormida. Me sumí en
un sueño precioso,Alberto y yo íbamos paseando por una playa, los
sonidos eran tan claros y fuertes como en la realidad. Sabía que era
un sueño porque Alberto parecía un dios griego y yo llevaba el
vestido mas bonito que había visto jamás.
Me
enfadé al oír una voz de lejos... Una voz que me traía de vuelta al
mundo y me hacia salir de mi precioso sueño.
-Cariño...
¿Cómo te encuentras?-Dijo la dulce voz de mi madre.
-MAL, ¿porqué
me has despertado?-Dije acusadora.
-Estabas
sudando y creía que tenías una pesadilla.
-Pues
te has equivocado, era el mejor sueño desde hacia mucho tiempo y
encima me había conseguido dormir profundamente.
-Lo
siento, cariño. Estaba preocupada.
-No
quiero que te preocupes, mamá. Estoy bien. El dolor es normal. Ya he
hablado con los médicos. Puedes ir a casa a dormir y así me traes
algunas cosas.-Dije suavizando el tono. -Siento hablarte así, pero
me duele todo.
-Mañana
podrás ir a casa. Hemos contratado a una enfermera, así no tendrás
que quedarte aquí.
-¿De
verdad? -Dije esperanzada. - Menos mal... Odio los hospitales.
-Hola...-Dijo
una voz que resultaba tan familiar como dolorosa.
-¿Alberto?
-¡Hola,corazón!-
Exclamó mi madre y lo abrazó.- ¿Cómo estas? ¿Dónde está Javier?
-¿No
debería preguntarle eso yo a Miranda? -Dijo ensanchando una sonrisa.
-Sí, sí, os
dejaré solos para que habléis. Si me necesitáis, estaré en la
cafetería.-Dijo agarrando su bolso y saliendo rápido.
Me
quedé en blanco. ¿Qué hacía otra vez ahí? La tensión me subía y
bajaba disparada. Era increíble la sensación que me causaba. Se
acercó y me besó la mejilla ,tras enseñarme un pequeño ramo con
violetas y margaritas, una mezcla un tanto extraña, pero bonita. Me
miró y nos fundimos en un silencio sepulcral. La intensidad de su
mirada,hacia que me ardiese la cara y el resto del cuerpo.
-¿Cómo
te encuentras?
-Mejor... Esto... Gracias
por quedarte ayer conmigo. No tenías que hacerlo...-Dije avergonzada
por el descaro de mi madre. Había dejado a un desconocido cuidando a
su hija.
-No
tienes porque agradeceme nada. A fin de cuentas, para eso está la
familia.
-¿Família?
¿ Qué...? ¿Qué significa esto? ¿PORQUÉ HAS DICHO ESO?-Dije
alzando la voz.
- Bueno ,tu
primo es Javier, por eso se interesó tanto en ti en clase. Yo soy el
hermano de su madre. Y el padre de Javier era el hermano de tu padre,
Luis.
- ¿Qué?...
¿Mi tío Luis era el padre de Javier? Vaya... No lo sabía.
- ¿No
sabías que tenias un primo?
-Sí, pero
mi padre casi nunca habla de su familia. -Dije con voz ahogada. Había
estado con mi primo y no lo sabía.- ¿Él lo sabía?
-Sí, pero
como la cena familiar se iba a celebrar por la noche, queríamos darte
un sorpresa. Aunque al final, la sorpresa nos la diste tú.
-Lo
siento... -Dije ruborizándome.
-Así que prácticamente tú y yo somos cómo familia.- Dijo sonriendo. - Me
ha tocado cuidarte. Tu padre ya te explicará todo cuando vayamos a
tu casa.
-¿Os
quedaréis en mi casa?
-Ese
era el plan,pero estando tú así... Creo que sería mejor quedarnos
en un hotel para no molestar.
-¡No!
Quiero decir... Estaré mas a gusto si estáis en casa. No quiero que
mi familia se quede en un hotel, teniendo una casa tan grande.
-Sí,por
lo que sé,tu padre y tu madre son empresarios y tenéis un palacio
como casa, ¿no? -Dijo en burla.
-En
realidad, no es un palacio, pero casi. Es una de las casas mas grandes
que hay en la isla.
-Una
chica adinerada, en un instituto público, ¿porqué? Pensé que
seriais unos esnobs que no soportaban a la gente de clase inferior.
-No
somos esnobs, todos somos iguales. Unos con mas y otros con menos, pero
a fin de cuentas ,iguales. Cambiando de tema, ¿cómo van las
clases? ¿Qué tal me ha ido el examen de filosofía?
-Vaya, muy
buena contestación. Veo que eres muy madura para tu
edad, Miranda...-Dijo mi nombre alargándolo dulcemente. -Las clases
van bien, y tu examen estaba perfecto. Has sacado un nueve con siete.
La verdad me sorprendes gratamente.
-Gracias.
¿Un nueve con siete? VAYA... -De pronto tosí y me sentí mareada.
-Creo
que es hora de descansar. -Dijo levantandose.-Voy a ver a tu madre.
Nos vemos mañana.-Me dio un beso en la frente y salió despidiendose
con la mano.
Me
quedé pensando en toda la información que había obtenido en una
sola conversación. Familia, de lo que siempre había carecido y de
pronto aparecía un primo que solo había visto una vez, el tío de mi
primo del cual me había enamorado nada mas verlo, y todos venían a
vivir a mi casa. Todo se había vuelto un caos.
Me
desperté por la mañana y me trasladaron a mi casa. Una enfermera
estuvo todo el día pendiente de mí, aunque solo debía estar de
reposo unos días ya que todo había ido bien. Me vinieron mis amigos
a visitar, aunque no tenía muchas ganas de ve a nadie, los animé a
pasar. Ellos sabían que cuando estaba enferma no me gustaba ver a
nadie, ya que mi estado era deplorable. Cuando la enfermera me ayudó
a levantarme para ducharme, entró Alberto. Al verme dar un gritito
por el dolor,se apresuró a acercarse para ayudarme. Me llevó hasta
el baño y diciendo, >>luego vendré a verte<<, se
marchó. Cuando por fin estuve limpia y fresca, me sentí de nuevo yo.
Mi larga melena castaña clara caía en cascada y mis ojos verdes
volvían a brillar con toda su intensidad. Me miré al espejo y le
pedí a la enfermera que me dejase sola, necesitaba arreglarme sola. A
fin de cuentas, solo me dolía un parte del cuerpo, no estaba inválida
como para no poder peinarme yo sola y lavarme los dientes. Escuché
como mi madre se despedía de Linda ,la enfermera, y entraba en el
baño para ayudarme a salir.
-Mamá, quiero
salir sola. Ya no me duele tanto y necesito valerme por mí misma.
¿Dónde está papá? Creía que llegaba hoy...-DIje cambiando el
tema.
-Un
restraso en el vuelo,ahora te pasaré tu móvil para que lo llames y
hablas con él.
-Gracias,mamá.
Y cuando puedas diles a Alberto y a Javier que suban.
-Vale. -Me
dio el móvil y salió de la habitación. Cogí el móvil y llamé a
mi padre.
-Hola,cariño.¿Cómo
estas?-Dijo preocupado.
-Estoy
bien. Solo tengo molestias, pero el médico me ha dicho que en dos
días ya podré salir de casa.
-Eso
es estupendo. Tengo una sorpresa para ti. ¿Qué te parecen unas
vacaciones anticipadas?
-Me
parece bien, pero... ¿Alberto y Javier?
-Ellos
vendrán tambien,claro. Tengo muchas cosas que contarte, cariño. Debí
hablarte de tu primo... Supongo que ha sido una sorpresa para ti. Solo
puedo decirte que me arrepiento de que no hayas tenido contacto con
la família.
-No
importa,papá. Mas vale tarde que nunca. No tienes nada que
explicarme. Hay peleas familiares en todas las famílias. Aunque sí
que me hubiese gustado conocerlo antes. Y a Alberto tambien.
-¡Ah,sí!
Alberto...¿Qué tal se porta? Solo lo vi una vez y me pareció un
chico muy agradable. ¿Cuántos años tiene ya? Lo recuerdo
vagamente. -Dejé que mi padre
hablase mientras yo y mis pensamientos nos íbamos a otra parte. No
dejaba de pensar en Alberto. ¿Era una obsesión? Tal vez al verlo
tan guapo y tan atento me había echo una falsa ilusión.-...seguro
que ahora es mejor.¿Hija? ¿Me estás escuchando?-Vi
que entraban los dos.
-¿Qué?
Sí,papa. Perdona me he distraído un momento. Acaban de llegar
Alberto y Javier. Nos vemos mañana,sí yo tambien. Adiós.-Dije
cortando el teléfono.
-Hola,chica
enferma.¡Tienes buena cara!
-Hola
chico empollón de poco cerebro.-Dije devolviendole la sonrisa.
-Vaya, bonito
saludo. Hola Miranda.-Dijo Alberto riendo. -¿Querías vernos?
-Sí.
Mi padre ha hablado conmigo... Me ha contado lo suficiente y creo que
es hora de que esta familia vuelva a ser lo que era antes, aunque tus
padres no estén. Y tú Alberto ,eres una pieza esencial en la vida de
Javier, queremos que os quedéis a vivir aquí. Ya está lo he dicho.
¿Qué os parece?
-Nos
parece que llegas tarde. Tu madre ya ha hablado con nosotros.
Y... bueno... Tienes nuevos inquilinos en casa.-Dijo Javier ensanchando
la sonrisa.
-¡Sí!- Dije
encantada por la notícia. Iba a estar muy cerca de Alberto,iba a
conocerlo a fondo. -¿Cuándo os mudais?
-Mandarán
nuestras cosas mañana. Así que esta noche ya la pasaremos aquí.
-Genial, ¿os
apetece venir a ver una película aquí conmigo?-Dije señalando mi
pantalla plana. - No tengo sueño y como mañana no hay clase...
-Vaya,Miranda... Lo
siento,pero tengo planes. -Dijo Javier. -He quedado con Kim...
-¿La
de clase?
-Sí... Estos
días hemos estado hablando mucho y al final hemos decidido
quedar.-Dijo poniéndose colorado.- Que se quede Alberto contigo. Le
encantan las pelis.-Dijo guiñándome un ojo.
-¿Te
apetece?-Dije intentando sonar tranquila.
-Me
parece estupendo. ¿Qué tipo de pelis te gustan? He visto un
videoclub cerca de aquí y como ya puedes comer golosinas, podría
comprar algunas cosas.
-¡Genial!
-Dije empezando a perder la tímidez. Entonces sentí una
molestia.-¡Ay!-Me quejé.
-Relájate.
Yo me encargo de esta noche. Avisaré a tu madre y le diré que
estarás a salvo bajo mi protección.-Dijo riéndose. -Os dejo un rato
solos, no hagáis anda raro. -Dijo Alberto saliendo de la habitación.
Nos
quedamos Javier y yo hablando durante un buen rato hasta que él se
marchó a arreglarse para ir con Kim. Kim y yo habíamos sido muy
amigas en el colegio, pero el tiempo había enfriado la amistad, ella se
buscó novio y dejamos de vernos completamente, pero no era mala
chica. Me sentí contenta porque mi primo se hubiese integrado tan
facilmente con la gente de la isla,ya que él venia de un lugar
totalmente diferente. Cuando me quedé sola, subió mi madre y me dijo
que tenía que hablar conmigo.
-Cariño, ahora
que vamos a ser una familia, aunque siempre lo hemos sido, será todo
diferente. Tendremos que convivir con ellos y casi no los conocemos.
Alberto me ha dicho que os lleváis bien, así que no veo problema. Me ha
dicho que esta noche vereis unas películas y él se quedará a
vigilarte. ¿Es guapo ,verdad?...-Dijo entre risitas.-Bueno
cariño, acabo de escuchar un coche, creo que ya está aquí. Pasadlo
bien.
Alberto
había llegado con un montón de bolsas con
chucherias, patatillas, gominolas... Si no llega a ser por el dolor de
la operación, hubiese sido una noche perfecta. Había alquilado dos
películas de terror, (casualmente de mis favoritas). Enchufó el dvd
y se sentó a mi lado.
-Puedes
tumbarte.-Dije acomodando unos cojines al otro lado de la
cama.-Estarás mas cómodo y no muerdo.-Dije burlándome por primera
vez de él.
-Vaya,gracias.
-Dijo acomodándose.
Lo
veía tranquilo viendo la película,aunque yo no era muy miedica,la
verdad es que la película siempre me hacia temblar. En una de las
escenas los dos nos sobresaltamos y yo me aferré a su brazo,cruzamos
nuestras miradas y nos sonreímos. Me solté de su brazo y seguimos
viendo la película, tras comentar el tonto incidente. Después de la
priemra película,nos pusimos a hablar,de anécdotas que nos habían
ocurrido y no sé como,acabamos a carcajadas. Y por lo visto nos
reíamos tan fuerte que hasta mi madre vino para saber que pasaba.
Cuando la vimos entrar a hurtadillas,los dos paramos de reir y la
miramos divertidos. Al ver que estabamos bien y tras unas preguntas
un poco sospechosas sobre lo que estabamos haciendo,se marchó. Nos
dimos cuenta de que era realmente tarde y decidimos poner la otra
película. Con esta última,temblé como una niña pequeña. Me
encantaba el terror,y esa era una de las peliculas mas fuertes que yo
habia visto. Alberto estaba casi mas aterrorizado que yo,me comentó
que las peliculas de miedo normalmente no le asustaban,pero bromeé
con él sobre sus temblores y sus pequeños saltitos en la cama.
Después
de la pelicula,yo estaba bastante cansada,tenia que reposar y me
habia pegado toda la noche de “juerga”. Pusimos otra,esta
vez una romántica,con la cual me quedé profundamente dormida. Me
desperté por la mañana,bien arropada y con una nota al lado:
“Anoche
lo pasé genial,
espero
repetirlo cuando estes mejor,
pero
en el cine.
Nos
vemos mas tarde.
Alberto.”
En
ese momento me sentí bien. Entre nosotros había una conexión
especial, él no me trataba como a una niña. En principio, me trataba
como una amiga, cosa que me hacía sentir especial, pero yo quería mas
que eso...
CONTINUARÁ
Qué detalle tan monoso, el de la nota.
ResponderEliminarEs normal que a estas alturas ya te canses mucho. Y también que pienses en tu bebé todo el rato, incluso en sueños! Ánimo, que queda muy poquito ya.
Un besazo!
Pues espero que pase pronto y salga... Porque estoy hecha un cromo jajaja
EliminarUn besote
¡Oh! Ésta no la había leído, a ver que pasará... parece interesante <3
ResponderEliminarUn besito tq
Hay muchas que no has leído...xD
Eliminar¡Hola! ¡Wow! Cuántas cosas para un capitulo, me ha dejado sorprendida owo
ResponderEliminar¡Un abrazo!
He querido hacer dos largos solamente, porque así tengo el finde un poco más libre jejeje
EliminarUn beso
Un primer capítulo que ha arrancado con buena pinta. Me gusta el romanticismo con que la has tramado. Ese encuentro tiene mucho para entregar. Me fascinaron tus protagonistas.
ResponderEliminarSaluditos
¡Gracias,Yes! :)
Eliminar