sábado, 27 de mayo de 2017

La vida de Mia Cap.3

¡Hola amores! ¿Cómo estáis?

Yo hoy me he levantado bien tempranito, a ver si puedo hacer la ronda. El cachorrito lleva desde las seis en pie, y ahora aprovecho ese ratito de siesta que está haciendo. 😜

Como os prometí, hoy voy a intentar pasarme por todos los blogs. Si no puedo todos, mañana seguiré. Así que no os preocupéis, que ya sabéis que no me olvido nunca. Voy a hacer el capi que ya llevo demasiados días con ideas en la cabeza y si no las escribo , al final no quedarán como quiero. Jejejeje

Pues allá vamos. Si no has leído los anteriores, abajo tienes las flechitas para ir hacia atrás. ^_^




LA VIDA DE MIA


CAPÍTULO 3


- ¿Y bien? ¿Puedo irme? - Preguntó cuando Joe volvió de preguntarles.

- Si, yo te llevaré a casa. Pero con la condición de que me cuentes que te pasa. Has estado llorando y quiero saber quién ha sido el que te ha hecho daño. O que te está molestando. - Dijo muy serio.

- ... - Lo miró. - No puedo.

- Siempre me lo has contado todo.

- Pues esto, no.

Se levantó de la silla, cogió su chaqueta y salió hacia el coche. Joe caminaba detrás de ella y no podía parar de mirarla. Su hermana sufría, él tampoco estaba bien. Había algo ahí que no funcionaba. La mirada de Mia, hablaba por si sola. Aunque él quería escuchar que era por otra cosa. No quería meterse en el lío que podía meterse y menos con una adolescente hormonada de solo dieciséis años.
Se quitó esa idea de la cabeza y caminó hacia el coche decidido a llevarla a casa y luego pegarse una ducha fría. Le hacía falta.

El trayecto hasta su casa, fue completamente silencioso. Mia miraba por la ventana y Joe intentaba no mirarla. Al entrar en la casa, Joe volvió a preguntar.

- Mia, cuéntamelo. Dime que te pasa. Tal vez yo pueda ayudarte.

- No es algo que quiera hablar contigo. Estoy cansada. Me voy a dormir.

Subió a su habitación y cerró con pestillo. Solo lo hizo para evitar caer en la tentación. Era una tontería, ya que ella misma podía abrir y cerrar a su antojo, pero era como una llamada de atención propia, para no salir corriendo a besar a Joe. Lo estaba intentando con todas sus fuerzas.

Mientras tanto, Joe fue a su casa, un pequeño chalet dentro de la misma propiedad de sus padres. Se desvistió, y se metió en la ducha. Había prometido a una mujer volver a la fiesta, pero no podía. Sacarse a esa chiquilla de la cabeza, no era fácil. Debía verla como a una hermana y no lo hacía en absoluto. Llevaba un año intentando paliar sus sentimientos, se sentía sucio por querer a una niña que era como su hermana. Aunque en el fondo, nunca se habían tratado como tal. Joe se había comportado como un hermano, si. Sin embargo, el trato entre ellos, siempre había sido más personal. Mia se escapaba de su habitación por las noches, alegando que no podía dormir y se dormía en su cama. A su lado.

Esa noche, ninguno de los dos pudo dormir. Joe se pasó la noche con duchas frías y tomando whisky. Mientras Mia, había estado dando vueltas por la habitación y fumando a escondidas en su terraza. Hasta que vio las luces del coche de sus padres y esperó a que se durmiesen para poder seguir fuera.

A la mañana siguiente, Joe no apareció. Era la primera mañana en todo el tiempo que ella llevaba allí, que Joe no iba a desayunar. Era demasiado raro y sus padres la mandaron a buscarlo.

Al llegar a la casa de Joe, Mia se lo encontró durmiendo la mona. Tirado en el sofá, con la tele encendida, el salón oliendo a whisky y el cenicero lleno hasta arriba.

- ¡Eh! - Lo meneó.- ¿Se puede saber que demonios te pasa? Joe, despierta.

- ¿Mmmm? -Abrió un ojo y la miró. - No deberías estar aquí.

- Puffff... Te apesta el aliento. Vete a duchar y ven a casa a desayunar. Los papis están histéricos. Creen que te has muerto o algo así.

- ¿Eh? ¿Pero qué hora és?

- Las nueve. - Se sentó a los pies del sofá. - ¿Qué pasa? ¿Alguna guarrilla te ha dado mala noche?

- Yo no la llamaría guarrilla. -Frunció el ceño.

- Ajá... Así que es por una mujer. - Torció la boca hacia un lado.- No sabía que tenías novia.

- No la tengo. Anda vete a casa. Yo ahora iré. Tengo que darme una ducha. - Se incorporó y se tambaleó.

- Te prepararé un café antes de irme. O los papis se van a cabrear si te ven así. - Murmuró y se fue a la cocina.

Joe se quedó mirando a aquella pequeña mujer. Apenas alcanzaba el metro y medio y le estaba dando más problemas de cabeza y corazón que cualquier mujer hecha y derecha.


Continuará.




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16 comentarios:

  1. Me está gustando está historia! Te deseo un día muy bien aprovechado, guapa!

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    1. Me alegro que te esté gustando. En cuanto pueda subiré un nuevo capítulo. Muaks

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  2. Qué tierno, pobre Joe. Ahora, mejor que los padres no se enteren, qué lío.
    A ver cómo continúa.
    ¡Besos!

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  3. Sin saberlo, ambos están pensando en el otro. No saben que se aceptarían mutuamente. Es un interesante conflicto.
    Un abrazo.

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  4. Uuooo esta interesante!!un besote, me gusta esta historia :))

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  5. Pobre Mia, enamorada de Joe, una relación imposible ¿o tal vez no? Estupenda historia. Un abrazo!!

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    1. Tal vez si, tal vez no. Nunca se sabe como pueden cambiar las cosas.

      Un saludo!

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  6. ¡Uy uy uy! Está candente la cosa :D

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  7. !Los dos enamorados y ninguno se da el tiro! Oh si, los padres! Van a poner un grito en el cielo, y la pobre Mia le caerá la culpa.
    Me gustan los personajes de esta historia.
    Bso

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  8. Me está gustando mucho esta historia, más incluso que las anteriores que he leído tuyas. ¡Continuación, por favorrrr!

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    1. Muchísimas gracias! A ver si consigo sentarme para poder escribir sin distracciones y hago el cap.4.
      Un saludo!

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