viernes, 28 de octubre de 2016

Enferma de amor CAP.8

¡Vaya día!

¿En serio estamos en otoño? Ahora entiendo lo de "VEROÑO". Si es que como te pongas manga larga... Mueres. Y eso que casi estamos en noviembre.

Bueno, hoy hago 26 semanas de embarazo. Para todo hijo de vecino, eso serían 7 meses justos, pero no. 26 semanas en teoría siguen siendo 6 meses de embarazo. La verdad es que cuentan de forma más rara... Pero bueno, ya queda menos para que el enano salga. Como digo siempre, yo                                                                                       no estoy embarazada, yo me he comido al niño.




Bueno, ahí veis mi cara de loca. Podéis ver este tipo de fotos locas en mi instagram, que por si alguno no lo sabe es: IamMia91190 :)

Y bueno, vamos al lío, que sé que es lo que queréis. jojojo

Capítulos anteriores:

Enferma de amor 1
Enferma de amor 2
Enferma de amor 3
Enferma de amor 4
Enferma de amor 5
Enferma de amor 6
Enferma de amor 7



Capítulo 8


Cuando comenzó me quedé helada, por una parte, no quería saberlo. Sin embargo, por otra no podía evitar querer saber su situación...

-Anita, me engañaba.- Sus palabras me dejaron boquiabierta. ¿Quién podía engañar a un hombre como él? - Tardé casi un año en darme cuenta. Nos casamos hace dos años. En principio, yo quería tener hijos, pero ella no estaba dispuesta. Le insistí muchas veces, pero no lo conseguía. Un día me dijo que sí, que estaba dispuesta a tenerlos. Ese cambio, me hizo dudar, pero yo estaba feliz. Al principio, ella no mostraba pasión, no mostraba nada. Y llegó un momento en el que la notaba distante, fría. No conseguía quedarse embarazada y ya no quería acostarse conmigo. Un día, vino diciendo que estaba embarazada. Yo no conté el tiempo, al principio, y cuando me lo dijo fue como un regalo, pero cuando me dijo que estaba de un mes y medio, cuando yo sabía que no hacíamos el amor desde hacia al menos dos y medio, comencé a dudar. No le dije nada, hasta que un día la seguí. Y allí estaba ella, con su amante y el padre de su futuro hijo. Se les veía muy felices y yo me había estado tragando sus mentiras. Me acerqué a ellos y le dije a ella que no hacía falta que volviese a entrar en mi casa. Mandé sus maletas a un hotel y no la he vuelto a ver. Esa es mi historia.

-Oh, dios... -Conseguí decir. - Es terrible.

-Lo fue, pero ahora esta superado y te tengo a ti, mi niña preciosa. -Sus palabras me recorrieron el cuerpo... ”Mi niña”... Sonreí y me di cuenta de que ese era mi hombre, el hombre que siempre había esperado.

Estuvimos toda la tarde/noche juntos y fuimos a cenar. Sabia que todavía había un dilema entre nosotros, la edad. Y sabia que a él eso le preocupaba. Yo con solo veintiún años y el con treinta-y-siete. Aunque él parecía mucho mas joven de la edad que tenia. Hacíamos buena pareja. Cuando me dejó en el aparcamiento, me besó y me dijo que me llamaría después del trabajo al día siguiente. Le sonreí y me subí al coche. Cuando llegué a casa, recordé todos los momentos que habíamos pasado desde que nos habíamos conocido. Sin ser pareja habíamos discutido como tal, lo había abofeteado, nos habíamos besado... Era como una película, pero al parecer con final feliz.

Al día siguiente, me desperté perezosa, pero con una sonrisa en la cara. Hacía mucho tiempo que no me levantaba así. Me duché y me puse a estudiar. Aun me quedaba un semestre para acabar el tercer año de universidad y todo estaba siendo muy complicado, porque con el accidente había perdido mucho tiempo, pero lo iba a recuperar pronto.

Estaba a punto de llegar al primavera y por fin podíamos sacar las camisetas tirantes y las faldas. Me encantaba el frío, pero la primavera tenía lo suyo. Los colores, el olor del mar, el césped recién cortado, el sol... Por el accidente me había quedado muy pálida así que necesitaba una dosis de sol urgentemente. Mi madre se había marchado con su novio unos días de vacaciones y tenía toda la casa para mi sola. Como no habían vecinos que pudiesen cotillear, me puse unas braguitas y salí a la terraza de mi habitación. Había unas escaleras que daban a la de abajo, pero allí no daba mucho el sol. No me eché crema ya que él sol no quemaba mucho y me puse los cascos con la música. Me relajé tanto que no me di cuenta de que había alguien observándome. Cuando noté que el sol se tapaba por una sombra, abrí los ojos y a Izan mirándome con una sonrisa curvada. Cogí en seguida una toalla y tape mis pechos, aunque era una tontería. Una brisa me chocó la espalda y tirité.

- ¡Izan! ¿Qué haces aquí? ¿Cómo has entrado?

- Llevo tocando a la puerta casi media hora y te he llamado un montón de veces. ¿Qué haces?- Dijo cogiendo la toalla y envolviéndome en ella.

-Tomar un poco el sol. Hacia calor y quería ponerme morena.

-¿Sí? Pues pareces una gamba. ¿Cuanto tiempo llevas al sol?

-No lo sé, una hora o así. - Creo...

-Ven, dijo cogiendo el pequeño bote de crema que tenía en la mesa. Me giró y me puso por la espalda y por el pecho. Aunque debería sentirme como una cría por ello, me sentía doblemente excitada. Y él parecía ir por el mismo camino. Una vez terminó me puso un poco por la cara y me acarició. - Así estas mejor. No quiero que te quemes. Aunque no lo parezca, el sol luego te afectará.

Me puse como un tomate y me abrazó, mi cuerpo desnudo bajos sus brazos, estaba protegido. Me besó la frente y me dio la vuelta para meterme en la habitación. Cuando vi que se dirigía a mi armario y empezó a rebuscar, me acerqué corriendo.

-¿Qué haces? -Dije mirando como buscaba entre los vestidos.

-Buscando un vestido apropiado para esta noche.

-¿Para esta noche? ¿Qué pasa esta noche?

-Que vas a conocer a mis padres.

-¿Hoy? ¿Tan pronto? Yo... No sé si estoy preparada.

-Si estas preparada para estar conmigo, créeme que lo estas para conocer a mis padres.- Cogió uno de mis vestidos.-Este. Ponte este.

-¿Seguro?- Era un vestido negro de noche de tubo, justo cinco centímetros mas arriba de la rodilla, palabra de honor, sencillo, pero elegante. Me acerqué al cajón de los sujetadores y ya sin ningún pudor me quité la toalla y me coloqué el sujetador.

Izan, me observaba fascinado. Me ayudo a subir la cremallera. Me calcé los tacones y me puse tan solo un poco de colorete. Cogí el bolso y el chal y me miró.

- Estas preciosa. Y me encanta que vayas tan natural, estás mejor que maquillada. -Dijo, mientras me ponía un poquito de gloss en los labios.

-Gracias.- Dije aceptando el cumplido. “Menos mal que me he depilado esta mañana”-Pensé suspirando.

Nos dirigimos a su casa y mientras yo hacia un poco de té, él se iba a cambiar. Cuando bajó vestido de traje y con corbata, se me cortó las respiración. Me tomé el té con las piernas temblando. Me daba vértigo ir al lado de un hombre tan apuesto. Sabía que íbamos a ir a una fiesta que daban sus padres, lo que significaba que iba a estar en la zona pija con gente muy refinada y sabía que más de una posaría los ojos se posarían en Izan. Y no era de extrañar, tan grande y yo tan menuda... Muchos pensarían que no pegábamos, pero para mi, éramos la pareja perfecta. Al llegar a la mansión de los Phyllipe, me sentí pequeña. Desde la puerta hasta la entrada, estaba toda iluminada
por antorchas. Delante de la puerta había una gran fuente, parecía más un hotel de lujo que una casa. Me quedé anonadada, pero me encantó. Un hombre se acercó a abrir la puerta e Izan salió. Habíamos aparcado en otro lugar, muy distinto al de los demás.

-Buenas noche,Izan.- Dijo el mayordomo.

-Buenos noches,Edgar. ¿Qué tal? ¿Cómo están tus nietos?

-Muy bien, ¿tú como estas? Ya era hora de que vinieses a ver a tus padres. ¿Quién es esta dulce chica?

-Es Alexandra, mi novia.

-Vaya, es muy guapa. - Dijo mirándome y sonriendo. Era un hombre apacible y parecía tranquilo.

-Gracias, es un placer conocerle, pero me gusta que me llamen Alex. ¿Izan porque me presentas como Alexandra?- Dije dándole la mano y mirando a Izan riéndome.

-¡Y encima es encantadora y con carácter! Es un placer,Alex.-Dijo riendo.

-Lo sé. He encontrado a la mujer de mi vida,Edgar. No sabes lo bien que estoy.

-Alex, no sabes que joya de hombre te llevas. -Dijo Edgar.

-Sí, sí que lo sé. Ahora solo tengo un pánico tremendo a conocer a sus padres.

-Tranquila, los señores son muy buena gente.

-¿Dónde está Thor?-Dijo Izan a Edgar.

-En la parte de atrás.

-Luego saldré a verlo.

-¿Quién es Thor?

-Mi perro. Lo tengo aquí, porque no paso mucho tiempo en casa, últimamente.-Dijo mirándome y luego mirando a Edgar, añadió: Edgar, vamos dentro. Cuando acabes, ves a por Mónica y os venís a la fiesta un rato, ¿de acuerdo?

-Claro,Izan. Mónica tiene muchas ganas de verte.

-Perfecto.

-Hasta luego.-Le dije a Edgar.-Es un hombre encantador. ¿Lleva mucho trabajando para vuestra familia?

-Casi veinticinco años, él y Mónica, son el matrimonio perfecto. Son cariñosos y afectuosos. Mónica me cuidaba y me daba clases de inglés cuando mis padres tenían que irse de viaje.

-Vaya, parecen muy buena gente. Y se nota que tú los quieres como si fuesen de tu familia.

-Sí, cuando mis padres no estaban, ellos se comportaban como tal. Me encantaba. Bueno cariño, es hora de que conozcas a mis padres. -Dijo cuando entramos a una gran sala, donde casi todos se giraron para mirarnos...



Continuará...

10 comentarios:

  1. Oh, pobre Izan desde luego vaya zorra de mujer que le ha tocado pero ahora y será feliz con Alex. Veamos que tal son los padres de ÉL, seguro que serán muy divertidos o quizás unos ogros...
    ¡Ya veré mañana!
    TQ

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  2. ¡Oh! Toca los padres, dicen que son un amor y espero que lo sean con Alex, no vaya a ser como los doble cara (?)

    Espero la continuación <3

    ¡Un abrazo!

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  3. Anda, esto va que vuela! Pobre Izan, menudo palo se llevó con su ex.
    Y tu barriguita, viento en popa...está ya bien redondita!! Y tú, muy guapa.
    Un besazo!

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    1. ¡Aysh... ! Yo me veo como un orco de Mordor. xD pero se agradece el piropo.

      Un besoteee

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  4. (。◕ ‿ ◕。)/ Holaaa!!!
    Dios que nervios!!! ya la llevo a conocer a sus padres yo estaría asustada sobre todo cuando son gente con mucho dinero kjajajaja muy buen capitulo como los demas!!!

    穛 S4Ku SEK4i®

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    1. ¡Tenía que conocerlos! jajajajaj Gracias por leerlo.

      Muaaaaks

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  5. Muy oportuna la madre de la protagonista. Al irse le dejó la casa, para ella sola.

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