jueves, 1 de diciembre de 2016

Madurez CAP.1

¡Hola! ¿Qué tal?

Yo aquí, que acabo de despertarme de una tremenda siesta... ¿Cómo puede ser que esté todo el tiempo tan cansada? Vale, he estado toda la mañana sin parar, pero tampoco es que haya corrido una maratón. Aunque a mi cuerpo se lo parece. 😳

¿Sabéis? Durante la siesta, he soñado con mi bebé. Vaya tela, parece que el último trimestre se convierte en una obsesión. Es normal que se desee tanto que un niño salga, es que las ganas de verle aumentan de tal forma, que se convierte en eso: Obsesión por verle. En fin, hoy no tengo mucho que contar, porque aparte de médicos y de ir a recoger cosas, no he hecho nada. Así que os dejo con una historia antigua, que espero que os guste.


Madurez


1 capítulo



Cuando salí de casa cogí la mochila, pensando en las mismas cosas de siempre, me dirigí al instituto.Como siempre llegué a clase temprano y aún no había llegado nadie. Me senté y me puse a revisar los cuadernos que tenia ese día. En ese momento,un nuevo chico entró,no lo había visto nunca antes y no era muy normal tener alumnos a mitad de curso. Me miró y me saludó. Lo vi dirigirse a la mesa del profesor y dejó sus cosas ahí.

-Perdona,esa es la mesa del profesor. No te puedes sentar ahí.-Dije.

-Es que es mi mesa.-Dijo sonriendo.

-¿Tu mesa?-Dije incrédula.

-Soy profesor. Vengo a sustituir a tu profesora. Ha tenido un accidente y no vendrá en un par de meses.

-¿Eres profesor? -Dije sorprendida.- ¿No eres demasiado joven? -Me miró.-Uppss... Perdón, no debí decir eso.

-No pasa nada. La verdad es que siempre me confunden con un alumno. Estoy acostumbrado.

-De verdad. Lo siento.-Me sentí avergonzada.

-No importa. Bueno empezaremos otra vez. Me llamo Alberto Changet y soy tu nuevo profesor,¿y tú eres?-Dijo sonriendo.

-Miranda Azumi. -Me sonrojé cuando me miró con esos ojos marrones tan brillantes.

Me di cuenta de que me había puesto nerviosa mientras hablábamos, pero no podía hacer nada. Cuando estábamos hablando sobre los alumnos llegó Mune, mi mejor amiga. Detrás de ella le seguía Ray, el chico al que mi amiga mas quería en el mundo. Pero no estaban juntos. Una pena,porque hacian una buena pareja.

-Hola Miranda, ¿qué haces aquí tan pronto? Hemos ido a buscarte y nos han dicho que ya habías salido.
-Sí, no me apetecia quedarme en casa. Quería salir lo antes posible. Hola Ray.-Dije mirándole. - ¿Qué te pasa? Estas muy callado.

-Emms... Hola Miranda,¿callado? ¿yo? ¡No!-Dijo nervioso.- Es solo el sueño...¿Y tú quién eres?

-Disculpad, soy el nuevo profesor, Alberto. Sustituiré a vuestra profesora. -Les explicó.

A los pocos minutos sonó el timbre dando el comienzo a las clases. Entraron todos y nos sentamos.

Se presentó ante toda la clase. En ese momento no me habia fijado en que había entrado un chico nuevo. Se levantó y se presentó, pero yo no le presté mucha atención. Me di cuenta de que era un chico reservado nada mas verlo. Supe que nos llevariamos bien.

Al acabar la clase terminé de escribir y mis amigos se fueron al gimnasio,pero como yo no tenia esa clase me fui a la biblioteca. Cuando llegué vi al chico nuevo sentado. Casi nunca había nadie allí, por lo que me extrañó bastante. Me senté en la mesa en la que él estaba. Me miró y me hizo una señal para que saliese a la puerta con él.

-¿Qué quieres? -Pregunté.

-Me he fijado en ti cuando estabamos en clase. ¡Oh! Perdón,no de la manera que tú crees. Me he fijado en ti por otras cosas.-Debió ver algo en mi cara que le hizo cambiar el tono.- ¿Te gusta el nuevo profesor,verdad?

-¿Qué? Sí,claro.Es muy simpático.-Dije.

-No me refiero a eso. No eres tonta,Miranda. - Lo miré duramente para que se explicase bien.

-¿Cómo decias que te llamabas?

-Perdona, soy Javier. Me he trasladado con mi tío aquí, vengo de Cádiz.

-Vaya ,¿y tus padres?

-Murieron en un accidente de coche cuando tenía doce años.

-Lo siento. -Dije arrepintiendome de la pregunta.- ¿Porqué me has preguntado si me gustaba el profesor? ¿Tanto se me ha notado? -Dije cambiando de tema con rapidez.

-He estado todo el rato sentado a tu lado y he visto como lo mirabas.

-No te equivocas, me resulta interesante y muy atractivo.

-Gracias, Miranda. Eres la primer alumna que dice que soy interesante.- Al oír su voz tras de mí, me quedé helada.

-Esto...Yo...

-No pasa nada,Miranda. -Dijo sonriendo. -Me halaga que me consideres atractivo. Una lástima que sea tu profesor. - Lo dijo en tono de broma, pero su mirada me sugirió algo.- ¿Cómo estás, Javier? ¿Cómo han ido las primeras clases?

-Bien, esperaba algo mas duro, pero la verdad es que es muy fácil. Por cierto, no iré a casa a comer. Tengo que ir a la librería y a comprar un par de cosas.

-¿A casa? ¿Es tu...?-No pude acabar la frase.

-¿Mi tio? Sí. -Dijo sonriendome.

-Pero no lo comentes, le darías mala reputación. -Dijo Alberto riendo a carcajadas y dijo: Imagínate si supiesen que su tío es su profesor... Se lo comerían los leones. -Me guiñó un ojo.- Pasadlo bien, y tú no llegues tarde a casa. -Dijo alejándose.

-¿Y bien? ¿Qué te atrae de mi tio?

-¿Qué? Creo que no nos conocemos tanto como para tener tanta confianza, Javier. Además, tu tío no me atrae.

-¿No? Entonces, ¿porqué no paras de mirarle y tienes esa cara de celos hacia esa chica?

-¡No estoy celosa! -Exclamé,haciendo que todo el mundo se girase a mirarme. Vi como Alberto se giraba y ponía una pequeña sonrisa mientras hablaba con la chica. ¿Era posible que...? No... Definitivamente,no. Me giré sobre los talones y muy deprisa me marché.- Nos vemos en clase, tengo que irme.

Javier me miró con extrañeza, pero lo ignoré y fui violentamente caminando por el pasillo. ¿Quién se creía que era ese chico para decir lo que yo sentía? Acababa de conocer a Alberto ,era imposible tener esa sensación de celos. Bajé las escaleras con tan mala suerte que me tropecé y me golpeé la cabeza.

Al abrir los ojos, vi que estaba en la enfermería. La cabeza me dolía horrores y cuando me toqué, noté que tenía un chichón. Por suerte, me lo había hecho detrás y lo tapaba el pelo, pero realmente era grande.

-¡Por fin te has despertado! -Dijo una voz muy familiar.

-¿Mune? -Dije con la boca seca.

-Sí, te has caído por las escaleras y el nuevo profesor te ha traído a la enfermería y han llamado a una ambulancia.

-¿¡Ambuláncia!? ¡No! -Exclamé levantandome de un salto. Tan rápido que me provocó un mareo horrible. Mune me agarró y me ayudó a tumbarme.

-Deja de hacer la tonta, Miranda. Te iras con la ambulancia y no hay discusión, podías haberte matado. Has rodado casi 50 escalones hacia abajo y encima te has golpeado la espalda. Tienes que ir a mirarte.

-Esta bien, mamá. -Dije irónica.

-No deberías hablarle así a tu amiga, Miranda. A fin de cuentas, solo se preocupa por ti.

Giré la cabeza y ahí lo vi... El hombre mas guapo que jamás podría imaginar nadie. Sus enormes ojos marrones hicieron que me perdiese en ellos. No podía dejar de mirarle y no podía hablar.

-¿Miranda? -Dijo Mune, dándome un golpecito en el brazo.

-¿Qué? ¡Oh,sí! Supongo que debería hacerle caso, pero odio que me digan lo que tengo que hacer... -Dije dirigiéndome a Alberto.

Su mirada era penetrante y su cuerpo un delito, al parecer el golpe había hecho florecer lo que realmente pensaba de él. Y la verdad, era algo escandaloso dada la situación. A una alumna que le gustaba su profesor, era algo normal, pero no quería decir que fuese a pasar algo, ningún profesor en su sano juicio arriesgaría su puesto ,y ni siquiera sabia si le gustaba. Y lo mas probable era que su respuesta fuese negativa. Por supuesto, no iba a decirle nada, pero me era imposible no mirarlo a hurtadillas. Me rendí y cerré los ojos. No pude hablar mas. Estaba derrotada y me dolia todo el cuerpo. Escuché a Mune hablar con la enfermera y Alberto mientras esperaban a que llegase la ambuláncia. El tono de voz de Alberto era bastante preocupado, aunque Mune le dijo que era bastante fuerte, a pesar de que era mentira.

A mis 18 años, me sentía bastante adulta. Estaba a punto de acabar el bachillerato y al año siguiente estaba segura de que iría a la universidad. Al fin y al cabo,siempre habia sacado buenas notas y la selectividad estaba segura de que me saldria genial. Cuando llegó la ambuláncia,me llevaron en la camilla,lo cual me produjo un mareo que me hizo vomitar. Ray me había traído mi bolso con la carpeta y Mune había decidido venir conmigo, ya que mi madre no podía salir del trabajo. Mune la tranquilizó y le dijo que solo era un golpe y me llevaban solo para reconocerme. Como mi madre confiaba tanto en ella,la tranquilizó y le dijo que ella me llevaría a casa.

Me pasaron directamente a urgencias y me sentí bastante estúpida, veía las caras de muchos enfermos que seguro que se encontraban en peor estado que yo, y yo simplemente me había dado un golpe. Me hicieron varias pruebas y entró el doctor.
  • Señorita,Miranda. -Dijo el médico.- Te va a salir un buen chichón tras esa caída, pero te repondrás.

-Muy astuto,doctor. No me había dado cuenta. ¿Puedo irme ya?-Dije con frialdad.

-Me temo que no. -En ese momento, mi mirada se volvió mas fría si aun se podía y el médico cambió el tono burlón al mirarme. -Tras el golpe y las radiografías que te hemos hecho, hemos encontrado una pequeña mancha al lado de un riñón y tendrás que quedarte aquí hasta que sepamos que es.

-Pero... ¿Puede ser algo grave?-Dije preocupandome de verdad.

-Probablemente no sea nada, pero mas vale asegurarnos. -Dijo.-De todas maneras, probablemente no sea nada, pero mejor no correr riesgos.

-Cáncer...-Dije en voz baja.

-No te preocupes, Miranda. Puede ser algo totalmente inofensivo. Le digo a tu amiga que pase o prefieres estar sola?
-Que pase, por favor. -Dije con voz suplicante. En ese momento estaba atemorizada.

Tras contarle a Mune lo que había hablado con el médico, me abrazó y me dijo que no sería nada, pero en ese momento tuve una corazonada. Algo me decía que los resultados no serían nada buenos...Y estaba muy asustada. A las 5 de la tarde,mi madre llegó. Cuando le conté lo que me habia dicho el médico se puso a llorar,pero conseguí tranquilizarla. Mi padre estaba fuera de viaje de negocios y cuando se enteró de lo que ocurría dijo que volveria a casa,pero me negué.

-Todo saldrá bien,papá.-Mi voz intentaba sonar positiva,pero era difícil mantener la compostura con algo así. - Te llamo mañana y te cuento.

-Hija,ve a nuestro médico. Él te revisará y tendremos los resultados esta misma tarde. -Su voz me sonaba tan lejana ,pero no tuve mas remedio que hacerle caso. No queria pasar la noche en ese hospital. Solo quería irme a casa.

Le colgué y llamé al doctor Hensell, los doctores del hospital me dieron todos los informes y a las dos horas me estaban realizando los mismos estudios para confirmar sospechas. Y en efecto, era un tumor. Al día siguiente me iban a operar, aunque todavía no estaba muy desarrollado, si lo hubiesen visto semanas después, probablemente hubiese sido un poco tarde.

A la mañana siguiente, con el estómago vacío, me llevaron al quirófano. El anestesista me hizo contar diez hacia atrás, pero no recuerdo llegar al ocho.
Al despertarme, un dolor me atravesó todo el cuerpo. Como si un rayo me partiese por la mitad. Ahogué un grito,pero una mano me agarró fuertemente.

-¿Maa...mamá? -Dije con la garganta seca.

-Soy Alberto, tu madre ha tenido que irse a la oficina por una emergencia. Le he asegurado que te cuidaría hasta que volviese,si no...No se hubiese ido nunca.

-¡Ah...!-Exclamé ruborizandome. ¿Qué hacia él aquí? ¿Dónde estaban Mune y Ray? ¿Porqué nos habían dejado a solas? ¡Argg! - ¿Hace mucho que me han sacado? Recuerdo haberme despertado, pero me he vuelto a dormir sin querer.

-Es lógico. Lo que me extraña algo. ¿No preguntas cómo ha ido?

-¡Oh,claro!... ¿Qué han dicho? ¿Ha salido todo bien? -Dije un poco incómoda.

-Sí,ya no tienes nada. Te lo han extirpado y no corres riesgo alguno. Te recuperarás.

-Vaya, hablando así pareces médico y no profesor.

-Es la costumbre de hablar tan formal. Creo que es mejor que duermas,pareces cansada. ¿Quieres que llame a la enfermera?

-No quiero dormir. -Repliqué. - ¿Qué hora es?

-Las siete. -Dijo él tranquilo.Su tranquilidad hacia que me pusiese mas nerviosa todavía.

-Pues aun no quiero dormir. ¿Puedes darme un poco de agua,por favor?

-Claro.-Se levantó de la silla con un movimiento ágil,pese a lo grande que era. Contemplé sus musculosos brazos y sus manos fuertes. Al darme el vaso de agua su piel rozó la mía y el contacto fue como una corriente eléctrica.-Parece que has salido electrizante del quirófano. -Dijo burlón.

-Eso parece... -Me bebí el agua con las manos temblorosas.- ¡Ay! -Me quejé, habia echo un pequeño escalofrío doloroso, me recorrió la espalda.

-No te muevas. Llamaré a la enfermera para que te ponga un calmante. -No me resistí porque me dolía muchísimo.

Cuando la enfermera llegó,me inyectó un calmante y pronto los párpados se me cerraban solos, hasta que caí profundamente dormida. Me sumí en un sueño precioso,Alberto y yo íbamos paseando por una playa, los sonidos eran tan claros y fuertes como en la realidad. Sabía que era un sueño porque Alberto parecía un dios griego y yo llevaba el vestido mas bonito que había visto jamás.
Me enfadé al oír una voz de lejos... Una voz que me traía de vuelta al mundo y me hacia salir de mi precioso sueño.

-Cariño... ¿Cómo te encuentras?-Dijo la dulce voz de mi madre.

-MAL, ¿porqué me has despertado?-Dije acusadora.

-Estabas sudando y creía que tenías una pesadilla.

-Pues te has equivocado, era el mejor sueño desde hacia mucho tiempo y encima me había conseguido dormir profundamente.

-Lo siento, cariño. Estaba preocupada.

-No quiero que te preocupes, mamá. Estoy bien. El dolor es normal. Ya he hablado con los médicos. Puedes ir a casa a dormir y así me traes algunas cosas.-Dije suavizando el tono. -Siento hablarte así, pero me duele todo.

-Mañana podrás ir a casa. Hemos contratado a una enfermera, así no tendrás que quedarte aquí.

-¿De verdad? -Dije esperanzada. - Menos mal... Odio los hospitales.

-Hola...-Dijo una voz que resultaba tan familiar como dolorosa.

-¿Alberto?

-¡Hola,corazón!- Exclamó mi madre y lo abrazó.- ¿Cómo estas? ¿Dónde está Javier?

-¿No debería preguntarle eso yo a Miranda? -Dijo ensanchando una sonrisa.

-Sí, sí, os dejaré solos para que habléis. Si me necesitáis, estaré en la cafetería.-Dijo agarrando su bolso y saliendo rápido.

Me quedé en blanco. ¿Qué hacía otra vez ahí? La tensión me subía y bajaba disparada. Era increíble la sensación que me causaba. Se acercó y me besó la mejilla ,tras enseñarme un pequeño ramo con violetas y margaritas, una mezcla un tanto extraña, pero bonita. Me miró y nos fundimos en un silencio sepulcral. La intensidad de su mirada,hacia que me ardiese la cara y el resto del cuerpo.

-¿Cómo te encuentras?

-Mejor... Esto... Gracias por quedarte ayer conmigo. No tenías que hacerlo...-Dije avergonzada por el descaro de mi madre. Había dejado a un desconocido cuidando a su hija.

-No tienes porque agradeceme nada. A fin de cuentas, para eso está la familia.

-¿Família? ¿ Qué...? ¿Qué significa esto? ¿PORQUÉ HAS DICHO ESO?-Dije alzando la voz.

- Bueno ,tu primo es Javier, por eso se interesó tanto en ti en clase. Yo soy el hermano de su madre. Y el padre de Javier era el hermano de tu padre, Luis.

- ¿Qué?... ¿Mi tío Luis era el padre de Javier? Vaya... No lo sabía.

- ¿No sabías que tenias un primo?

-Sí, pero mi padre casi nunca habla de su familia. -Dije con voz ahogada. Había estado con mi primo y no lo sabía.- ¿Él lo sabía?

-Sí, pero como la cena familiar se iba a celebrar por la noche, queríamos darte un sorpresa. Aunque al final, la sorpresa nos la diste tú.

-Lo siento... -Dije ruborizándome.

-Así que prácticamente tú y yo somos cómo familia.- Dijo sonriendo. - Me ha tocado cuidarte. Tu padre ya te explicará todo cuando vayamos a tu casa.

-¿Os quedaréis en mi casa?

-Ese era el plan,pero estando tú así... Creo que sería mejor quedarnos en un hotel para no molestar.

-¡No! Quiero decir... Estaré mas a gusto si estáis en casa. No quiero que mi familia se quede en un hotel, teniendo una casa tan grande.

-Sí,por lo que sé,tu padre y tu madre son empresarios y tenéis un palacio como casa, ¿no? -Dijo en burla.

-En realidad, no es un palacio, pero casi. Es una de las casas mas grandes que hay en la isla.

-Una chica adinerada, en un instituto público, ¿porqué? Pensé que seriais unos esnobs que no soportaban a la gente de clase inferior.

-No somos esnobs, todos somos iguales. Unos con mas y otros con menos, pero a fin de cuentas ,iguales. Cambiando de tema, ¿cómo van las clases? ¿Qué tal me ha ido el examen de filosofía?

-Vaya, muy buena contestación. Veo que eres muy madura para tu edad, Miranda...-Dijo mi nombre alargándolo dulcemente. -Las clases van bien, y tu examen estaba perfecto. Has sacado un nueve con siete. La verdad me sorprendes gratamente.

-Gracias. ¿Un nueve con siete? VAYA... -De pronto tosí y me sentí mareada.

-Creo que es hora de descansar. -Dijo levantandose.-Voy a ver a tu madre. Nos vemos mañana.-Me dio un beso en la frente y salió despidiendose con la mano.

Me quedé pensando en toda la información que había obtenido en una sola conversación. Familia, de lo que siempre había carecido y de pronto aparecía un primo que solo había visto una vez, el tío de mi primo del cual me había enamorado nada mas verlo, y todos venían a vivir a mi casa. Todo se había vuelto un caos.

Me desperté por la mañana y me trasladaron a mi casa. Una enfermera estuvo todo el día pendiente de mí, aunque solo debía estar de reposo unos días ya que todo había ido bien. Me vinieron mis amigos a visitar, aunque no tenía muchas ganas de ve a nadie, los animé a pasar. Ellos sabían que cuando estaba enferma no me gustaba ver a nadie, ya que mi estado era deplorable. Cuando la enfermera me ayudó a levantarme para ducharme, entró Alberto. Al verme dar un gritito por el dolor,se apresuró a acercarse para ayudarme. Me llevó hasta el baño y diciendo, >>luego vendré a verte<<, se marchó. Cuando por fin estuve limpia y fresca, me sentí de nuevo yo. Mi larga melena castaña clara caía en cascada y mis ojos verdes volvían a brillar con toda su intensidad. Me miré al espejo y le pedí a la enfermera que me dejase sola, necesitaba arreglarme sola. A fin de cuentas, solo me dolía un parte del cuerpo, no estaba inválida como para no poder peinarme yo sola y lavarme los dientes. Escuché como mi madre se despedía de Linda ,la enfermera, y entraba en el baño para ayudarme a salir.

-Mamá, quiero salir sola. Ya no me duele tanto y necesito valerme por mí misma. ¿Dónde está papá? Creía que llegaba hoy...-DIje cambiando el tema.

-Un restraso en el vuelo,ahora te pasaré tu móvil para que lo llames y hablas con él.

-Gracias,mamá. Y cuando puedas diles a Alberto y a Javier que suban.

-Vale. -Me dio el móvil y salió de la habitación. Cogí el móvil y llamé a mi padre.

-Hola,cariño.¿Cómo estas?-Dijo preocupado.

-Estoy bien. Solo tengo molestias, pero el médico me ha dicho que en dos días ya podré salir de casa.

-Eso es estupendo. Tengo una sorpresa para ti. ¿Qué te parecen unas vacaciones anticipadas?

-Me parece bien, pero... ¿Alberto y Javier?

-Ellos vendrán tambien,claro. Tengo muchas cosas que contarte, cariño. Debí hablarte de tu primo... Supongo que ha sido una sorpresa para ti. Solo puedo decirte que me arrepiento de que no hayas tenido contacto con la família.

-No importa,papá. Mas vale tarde que nunca. No tienes nada que explicarme. Hay peleas familiares en todas las famílias. Aunque sí que me hubiese gustado conocerlo antes. Y a Alberto tambien.

-¡Ah,sí! Alberto...¿Qué tal se porta? Solo lo vi una vez y me pareció un chico muy agradable. ¿Cuántos años tiene ya? Lo recuerdo vagamente. -Dejé que mi padre hablase mientras yo y mis pensamientos nos íbamos a otra parte. No dejaba de pensar en Alberto. ¿Era una obsesión? Tal vez al verlo tan guapo y tan atento me había echo una falsa ilusión.-...seguro que ahora es mejor.¿Hija? ¿Me estás escuchando?-Vi que entraban los dos.

-¿Qué? Sí,papa. Perdona me he distraído un momento. Acaban de llegar Alberto y Javier. Nos vemos mañana,sí yo tambien. Adiós.-Dije cortando el teléfono.

-Hola,chica enferma.¡Tienes buena cara!

-Hola chico empollón de poco cerebro.-Dije devolviendole la sonrisa.

-Vaya, bonito saludo. Hola Miranda.-Dijo Alberto riendo. -¿Querías vernos?

-Sí. Mi padre ha hablado conmigo... Me ha contado lo suficiente y creo que es hora de que esta familia vuelva a ser lo que era antes, aunque tus padres no estén. Y tú Alberto ,eres una pieza esencial en la vida de Javier, queremos que os quedéis a vivir aquí. Ya está lo he dicho. ¿Qué os parece?

-Nos parece que llegas tarde. Tu madre ya ha hablado con nosotros. Y... bueno... Tienes nuevos inquilinos en casa.-Dijo Javier ensanchando la sonrisa.

-¡Sí!- Dije encantada por la notícia. Iba a estar muy cerca de Alberto,iba a conocerlo a fondo. -¿Cuándo os mudais?

-Mandarán nuestras cosas mañana. Así que esta noche ya la pasaremos aquí.

-Genial, ¿os apetece venir a ver una película aquí conmigo?-Dije señalando mi pantalla plana. - No tengo sueño y como mañana no hay clase...

-Vaya,Miranda... Lo siento,pero tengo planes. -Dijo Javier. -He quedado con Kim...

-¿La de clase?

-Sí... Estos días hemos estado hablando mucho y al final hemos decidido quedar.-Dijo poniéndose colorado.- Que se quede Alberto contigo. Le encantan las pelis.-Dijo guiñándome un ojo.

-¿Te apetece?-Dije intentando sonar tranquila.

-Me parece estupendo. ¿Qué tipo de pelis te gustan? He visto un videoclub cerca de aquí y como ya puedes comer golosinas, podría comprar algunas cosas.

-¡Genial! -Dije empezando a perder la tímidez. Entonces sentí una molestia.-¡Ay!-Me quejé.

-Relájate. Yo me encargo de esta noche. Avisaré a tu madre y le diré que estarás a salvo bajo mi protección.-Dijo riéndose. -Os dejo un rato solos, no hagáis anda raro. -Dijo Alberto saliendo de la habitación.

Nos quedamos Javier y yo hablando durante un buen rato hasta que él se marchó a arreglarse para ir con Kim. Kim y yo habíamos sido muy amigas en el colegio, pero el tiempo había enfriado la amistad, ella se buscó novio y dejamos de vernos completamente, pero no era mala chica. Me sentí contenta porque mi primo se hubiese integrado tan facilmente con la gente de la isla,ya que él venia de un lugar totalmente diferente. Cuando me quedé sola, subió mi madre y me dijo que tenía que hablar conmigo.

-Cariño, ahora que vamos a ser una familia, aunque siempre lo hemos sido, será todo diferente. Tendremos que convivir con ellos y casi no los conocemos. Alberto me ha dicho que os lleváis bien, así que no veo problema. Me ha dicho que esta noche vereis unas películas y él se quedará a vigilarte. ¿Es guapo ,verdad?...-Dijo entre risitas.-Bueno cariño, acabo de escuchar un coche, creo que ya está aquí. Pasadlo bien.

Alberto había llegado con un montón de bolsas con chucherias, patatillas, gominolas... Si no llega a ser por el dolor de la operación, hubiese sido una noche perfecta. Había alquilado dos películas de terror, (casualmente de mis favoritas). Enchufó el dvd y se sentó a mi lado.

-Puedes tumbarte.-Dije acomodando unos cojines al otro lado de la cama.-Estarás mas cómodo y no muerdo.-Dije burlándome por primera vez de él.

-Vaya,gracias. -Dijo acomodándose.

Lo veía tranquilo viendo la película,aunque yo no era muy miedica,la verdad es que la película siempre me hacia temblar. En una de las escenas los dos nos sobresaltamos y yo me aferré a su brazo,cruzamos nuestras miradas y nos sonreímos. Me solté de su brazo y seguimos viendo la película, tras comentar el tonto incidente. Después de la priemra película,nos pusimos a hablar,de anécdotas que nos habían ocurrido y no sé como,acabamos a carcajadas. Y por lo visto nos reíamos tan fuerte que hasta mi madre vino para saber que pasaba. Cuando la vimos entrar a hurtadillas,los dos paramos de reir y la miramos divertidos. Al ver que estabamos bien y tras unas preguntas un poco sospechosas sobre lo que estabamos haciendo,se marchó. Nos dimos cuenta de que era realmente tarde y decidimos poner la otra película. Con esta última,temblé como una niña pequeña. Me encantaba el terror,y esa era una de las peliculas mas fuertes que yo habia visto. Alberto estaba casi mas aterrorizado que yo,me comentó que las peliculas de miedo normalmente no le asustaban,pero bromeé con él sobre sus temblores y sus pequeños saltitos en la cama.

Después de la pelicula,yo estaba bastante cansada,tenia que reposar y me habia pegado toda la noche de “juerga”. Pusimos otra,esta vez una romántica,con la cual me quedé profundamente dormida. Me desperté por la mañana,bien arropada y con una nota al lado:

Anoche lo pasé genial,
espero repetirlo cuando estes mejor,
pero en el cine.
Nos vemos mas tarde.

Alberto.”

En ese momento me sentí bien. Entre nosotros había una conexión especial, él no me trataba como a una niña. En principio, me trataba como una amiga, cosa que me hacía sentir especial, pero yo quería mas que eso...



CONTINUARÁ


8 comentarios:

  1. Qué detalle tan monoso, el de la nota.
    Es normal que a estas alturas ya te canses mucho. Y también que pienses en tu bebé todo el rato, incluso en sueños! Ánimo, que queda muy poquito ya.
    Un besazo!

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    1. Pues espero que pase pronto y salga... Porque estoy hecha un cromo jajaja

      Un besote

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  2. ¡Oh! Ésta no la había leído, a ver que pasará... parece interesante <3
    Un besito tq

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  3. ¡Hola! ¡Wow! Cuántas cosas para un capitulo, me ha dejado sorprendida owo

    ¡Un abrazo!

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    1. He querido hacer dos largos solamente, porque así tengo el finde un poco más libre jejeje
      Un beso

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  4. Un primer capítulo que ha arrancado con buena pinta. Me gusta el romanticismo con que la has tramado. Ese encuentro tiene mucho para entregar. Me fascinaron tus protagonistas.
    Saluditos

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