viernes, 9 de septiembre de 2016

Ejercicio #9

El reto de hoy me corta un poco el rollo,porque claro,he hecho bastantes de este estilo. Y la verdad es que este reto se me esta haciendo pesado .Tal vez porque se repiten un poco,pero bueno,el de hoy va sobre el narrador equisciente,para ver a qué me refiero y sobre que va el reto: click aquí. 

El ejercicio de hoy va sobre una comida familiar. Así que allá vamos.



El narrador equisciente


Otra vez Navidad,Kira estaba preparada para cualquier cosa. Cada año pasaba algo. ¿Qué iba a pasar esta vez? Tocó al timbre sin muchas ganas,con los regalos y bolsas,a punto de resbalársele de las manos. Les había comprado cosas a todos. Cochecitos eléctricos para sus sobrinos,suéters de lana para los mayores,muñecas para sus sobrinas y se había auto-regalado un bonito vestido para ere día. Entró con cara de aburrimiento. Se pasaba casi todo el año intentando llenarse de trabajo para ese día,pero nunca colaba. Si no iba,la mataban.

La casa estaba cálida,la chimenea crepitaba,el árbol encendido daba la bienvenida a la gente y el muérdago bajo la puerta invitaba a los besos. Lástima que ella no tuviese pareja para sentir esa alegría que parecían sentir todos. Sus padres ya eran dos viejos chochos (como ellos decían) que discutían por tonterías. No superaban los cincuenta años,pero así se hacían llamar por el simple hecho de que ya eran abuelos. Además,así les daban pena a sus hijos y les obligaban a ir todos los domingos a comer. Excepto ella,ella siempre lo evitaba a no ser que hubiese algún cumpleaños o fiesta importante. En ese momento,se sentía bastante sola. Sus hermanos menores,con tan solo veintidós y veintitrés años,ya estaban casados y tenían hijos. Y ella a sus veintisiete años,ni siquiera tenía planes de tener hijos. Aunque en el fondo también quería algo así. No había encontrado a su hombre ideal. Era difícil,debido a su mal carácter y sus ganas de triunfar en la vida. Los hombres le tenían cierto miedo. Sus cuñadas se sentaban con los niños encima y sonreían como bobas,ella quería eso. Y en momentos como ese,lo añoraba mucho. Eran todos personas alegres,conformistas y a los que no les gustaban los cambios. Ella no era así. A ella le gustaba ser importante,le gustaba ser algo más que una madre. Ella quería todo. Y estaba a punto de lograrlo. La habían ascendido. Y ese era su mejor regalo.

Después de una comida ruidosa y ya con todos algo achispados,otro día de Navidad terminó.  Todos volvieron a sus hogares. Necesitaban descansar después de tanto trajín.



8 comentarios:

  1. Me he estresado yo al pensar en lo que tendría que aguantar la pobre xD. Pobreta, es que las navidades siempre son asÍ, pero bueno... me ha gustado el relato.

    TQ

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No siempre,yo el año pasado no celebré Navidad y eso que me encanta,pero fue un día corriente xD

      Eliminar
  2. Qué ejercicio tan interesante. Me gusta cómo has metido las descripciones y las edades, los números no se hacen repetitivos, está muy bien. También me gusta el estilo del relato, la manera de contarlo es fresca, clara y fluida.

    Me alegra conocer tu blog, me quedo por aquí. Un saludo :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias. Me alegro que hayas decidido quedarte por aquí. Nos leemos.

      ¡un saludo!

      Eliminar
  3. ¡Oh, me gustó mucho! Creo que no todas las mujeres nacen para tener una familia tradicional. Me ha gustado mucho como lo has llevado <3

    ¡Cuidate!

    Bye!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es que algunas las repelen... Y las entiendo,pero no lo comparto. Sin embargo,es interesante escribir algo así.

      Eliminar
  4. Pobre chica, me ha recordado a Bridget Jones!
    Un besazo!

    ResponderEliminar